El Derecho afecta, de modo muy evidente, al ejercicio profesional del médico moderno. "Ya no basta sólo con disponer de una adecuada capacitación técnica para un ejercicio profesional de calidad, sino que también se nos demanda un adecuado rigor en el cumplimiento de nuestros deberes jurídicos fundamentales. El médico, hoy día, debe estar ineludiblemente dotado de una adecuada cultura jurídica básica y una sensibilidad especial con objeto de ser un profesional íntegramente formado y no fallar a la demanda social que ahora tan claramente se le exige en todos los órdenes (médico, jurídico y por supuesto, social)", explica el Dr. Santiago, Secretario de la SEHH.
Por este motivo, la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) ha organizado, en su Reunión Nacional de la Sociedad, un simposio bajo el título: "El hematógolo ante la ley", en donde se abordan aquellas áreas fundamentales del ejercicio de la especialidad que pueden verse especialmente comprometidas por ser sustrato especial de regulación del Derecho positivo. "Vamos a tratar temas de responsabilidad jurídica del ejercicio profesional, del manejo y protección de la información genética y del consentimiento informado, como materias capitales de este debate", afirma el Dr. Santiago.
Así pues, el médico de hoy en día se ve obligado a tener en cuenta criterios no tan estrictamente médicos para el mejor desempeño de su labor en favor del paciente. "Teniendo en cuenta esta nueva situación, debemos ser conscientes de que el médico es socialmente observado ya no sólo en su calidad como profesional dotado de conocimientos y medios científicos imprescindibles para el adecuado uso de la Medicina, sino también como garante prioritario de los derechos y libertades del paciente, lo que, sin duda, redobla nuestra responsabilidad", apunta el Dr. Santiago.
-El error, la negligencia, la información genética y el consentimiento informado
La mayoría de los errores que se comenten en el ejercicio de la medicina se producen por fallos humanos. "Por este motivo, es fundamental diseñar e implementar programas de vigilancia que minimicen el riesgo de incursión en el error", comenta el especialista. "Además, la búsqueda de la excelencia en la asistencia médica sólo podrá lograrse desarrollando, en todos los sistemas sanitarios, procedimientos bien elaborados de gestión y control de la calidad así como mecanismos de acreditación y certificación convenientemente adaptados a la finalidad de cada sistema o área de trabajo", matiza el Dr. Santiago.
En el ámbito de la hematología, el especialista debe prestar mayor atención y tener más cuidado es en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades hematológicas así como en el área de la transfusión sanguínea, donde se producen el mayor número de errores. "Para evitarlos, se debe mantener la cadencia del proceso del diagnóstico de las hemopatías, es decir, la anamnesis al paciente, la exploración física y las pruebas complementarias en este orden, ya que si se altera el margen de error se multiplica", especifica el Dr. Evarist Feliu, presidente de la SEHH". Y desde el punto de vista terapéutico, es fundamental trabajar mediante la aplicación de guías y protocolos clínicos", añade el doctor.
Cuando se detecta un error, se debe analizar y utilizar como ejemplo para mejorar. "Muchas veces, el problema real no suele ser el médico o la enfermera, sino el proceso operativo. Aun así, la posibilidad de error aumenta cuando se incorpora a las plantillas personal nuevo o suplente o no se les proporciona la formación y orientación necesarias en sus puestos de trabajo. Son especialmente peligrosas la estación de verano y las vacaciones de Navidad y Semana Santa", comenta el Dr. Feliu.
El hematólogo debe estar, en vista de las circunstancias y marco actual de responsabilidades, correctamente informado del carácter de las mismas (administrativa, civil y penal) para que ante cualquier acción u omisión que genere al paciente un perjuicio demostrable, conozca las posibles sanciones y obligaciones que puedan requerirle en compensación reparativa por el daño producido. "La responsabilidad del médico es inusual en el campo de lo penal, sin embargo, va siendo cada vez más frecuente en el campo de lo civil y en el de lo contencioso-administrativo", comenta el Dr. Santiago. "Esto demuestra un mayor grado de exigencia social de la calidad del sistema sanitario que debemos tener en cuenta", añade el experto.
Otro aspecto importante del derecho en relación a la hematología es la protección jurídica de la información genética del individuo y los biobancos. "En este aspecto, aclarar que en Medicina el dato genético es aquel que está controlado por la información contenida en la secuencia de uno o varios genes sin más, mientras que en términos jurídicos se considera dato genético sólo a aquella información de características básicas de una persona que sea de carácter heredable", explica el Dr. Santiago. "Es decir –continúa el especialista- el matiz de que la información sea un dato de herencia es clave para conformar el concepto jurídico y sobre dicha idea clave se desarrolla todo el entramado legal relativo a la protección de este derecho fundamental.
El consentimiento informado es un tema clave en el entorno legal del médico. En este sentido, el hematólogo debe ser consciente de que el derecho fundamental del paciente a ser informado forma parte sustancial de su deber profesional para que éste pueda decidir junto a él lo que considera más oportuno para su salud y su caso completo. "El paciente tiene derecho a recibir la información diagnóstica de una forma sencilla y comprensible, para que pueda ser consciente de su enfermedad y también de las posibles alternativas, riesgos y beneficios de su tratamiento", señala el Dr. Santiago. Por otro lado, también hay que destacar que el paciente tiene, a su vez, derecho a no ser informado y "el médico no le informará mas allá de lo que él considere tolerable", apunta el experto. Las excepciones son: situaciones de urgencia que no permiten perder el tiempo para informar al paciente porque está en riesgo de muerte o de lesión grave irreversible, o cuando existe información muy delicada para el paciente y que el propio hecho de informarle puede deteriorar su salud física o psíquica. "En este caso el médico actúa bajo el criterio principal de beneficio del paciente y lo prioriza frente al de autonomía por no lesionarle", expone el Dr. Santiago.
-Hacia la excelencia médica
La actividad profesional del hematólogo se ha ido haciendo más compleja desde un punto de vista técnico gracias al avance de la Medicina, pero también, desde un punto de vista jurídico como consecuencia del perfeccionamiento del Derecho. "En este sentido, resulta imprescindible estar bien informados de la regulación legal que afecta a la labor profesional médica para no cometer errores y actuar de modo acertado en toda acción y decisión", señala el Dr. Alfonso Santiago. "Es más, considerarse libre del deber de cumplimiento de la ley alegando ignorancia de la misma es hoy día impracticable", añade el experto.
Existe una lex artis médica (conjunto de criterios por los que el médico se considera que actúa de manera correcta y fiel de acuerdo a lo comúnmente aceptado por la ciencia médica) que obliga al facultativo a ser impecable en su aplicación técnica del conocimiento médico existente, pero "dicha lex artis, como concepto, se ha enriquecido con un componente jurídico que ha incorporado la exigencia de un correcto papel como informador al paciente y como protector en paralelo de sus derechos fundamentales", concluye el Dr. Santiago.