Spellbound es un thriller psicológico que trata sobre un sospechoso de asesinato que ha perdido la memoria por causa de un dramático incidente ocurrido durante su infancia. El único recurso para probar su inocencia es la improbable recuperación de su memoria, para lo cual contará con la ayuda de una psiquiatra.
En aquella época, Hitchock quería incorporar a su cine el psicoanálisis, una cuestión que ya había sido tratada en 1925 por Georg W. Pabst en su filme Misterios del alma, que también incluía una secuencia onírica. Hitchcock buscaba un sustento literario y lo halló en The House of Dr. Edwards, una novela de brujería, cultos satánicos, psicopatología, asesinato y confusión de identidades, ambientada en un asilo suizo.
El libro escrito por John Leslie Palmer e Hilary Aidan St. George Saunders bajo el sudónimo colectivo de Francis Beeding, fue publicado en Londres en 1927. Hitchcock convenció a Selznick que la novela podía ser adaptada hasta convertirla en un thriller en el que el psicoanálisis resolviera el misterio. Con el guionista Ben Hetch, el director elaboró una historia sobre las múltiples capas de la culpa como un trauma que incapacita para alcanzar la plenitud del amor, un tema (la culpa) recurrente en su cine, que él traía consigo de su formación religiosa.
En la película hay dos personajes obsesionados por la culpa: Garmes (Lloyd), que cree que su desidia fue la causa de la muerte de su padre; y Ballantyne (Peck), que piensa que su hermano murió por una negligencia suya. Es la psiquiatra interpretada por Ingrid Bergman la que proporciona una respuesta a los sentimientos de ambos personajes: “La gente se cree a menudo culpable de algo que nunca hizo. Normalmente es algo que se remonta a su infancia. El niño desea a menudo que le ocurra algo terrible a alguien, y si realmente ocurre algo a esa persona, el niño cree que él ha sido la causa. Y crece con un complejo de culpa sobre un pecado que ha sido solamente un mal sueño infantil”.
Respecto de la contribución de Dali, Hitchcock negó que hubiesen existido motivos publicitarios. “"Yo tenía la impresión de que si tenían que presentarse secuencias oníricas, éstas debían ser vívidas… Utilicé a Dalí por su gran ejecución gráfica. Deseaba presentar los sueños con una gran nitidez y claridad visuales, más precisos que el propio fil: las largas sombras, la infinitud de la distancia y las líneas convergentes de la perspectiva” 5".
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