La disfunción eréctil es un término que se utiliza para referirse a la imposibilidad de lograr una erección y mantenerla el tiempo necesario para que el acto sexual sea completo y satisfactorio.
También se le conoce comúnmente como impotencia sexual masculina, y aunque tener un fallo de erección en uno que otro momento no es necesariamente motivo de alerta, cuando el problema se hace persistente, es importante atender a un especialista en salud masculina lo antes posible.
Este tipo de situaciones puede afectar seriamente la autoestima del paciente, sus relaciones de pareja e incluso es posible que encuentre difícil hablar del tema con un médico. Sin embargo, contar con la asistencia adecuada a tiempo puede hacer la diferencia para poder llevar una vida sexual plena.
Por lo tanto, lo primero que debe hacerse es darle al asunto la seriedad que corresponde, informarse adecuadamente y buscar un profesional de confianza. Podemos comenzar por conversar un poco más sobre esta afección.
¿Qué es exactamente la disfunción eréctil?
Existe una amplia variedad de síndromes relacionados con la salud masculina, tales como la eyaculación precoz, trastorno del orgasmo, disfunción sexual y andropausia. Es importante señalar que cada una de estas afecciones es diferente y no está directamente relacionada con la disfunción eréctil.
En el caso de la impotencia sexual, podemos decir que en algunos casos esta puede ser reflejo de una condición de salud preexistente, tal como la diabetes, hipertensión, obesidad e incluso afecciones cardíacas. Siendo así, al tratarse las afecciones causantes del problema, este debería mejorar paralelamente.
Sin embargo, existen casos en que los problemas de erección requieren un tratamiento específico para lograr que el paciente alcance la meta y pueda llevar una vida sexual plena, recuperando su salud y autoestima.
¿Cuáles son las principales causas de la disfunción eréctil?
Cómo ya mencionamos, la impotencia sexual puede ser indicación de alguna otra enfermedad. Además de esto, la impotencia puede estar relacionada con problemas emocionales o psicológicos, que afecten directamente el funcionamiento del órgano sexual masculino.
Es más que sabido que la relación ansiedad y sexo no es en absoluto beneficiosa. Por lo tanto, cuando determinadas situaciones pueden generar estrés, este a su vez agudiza la disfunción eréctil en el paciente.
Por otro lado, la depresión, los problemas laborales, familiares o de pareja pueden producir una baja respuesta sexual o una pérdida del apetito sexual en los hombres. Lo cual también podría llevar a presentar impotencia. En este punto es importante diferenciar el deseo sexual hipoactivo de la dificultad para lograr una erección. Ya que el primero se trata de la falta de deseo sexual, o bien este es muy bajo, y se trata de uno de los más comunes entre los problemas sexuales para ambos géneros.
Impotencia, hormonas y fármacos
En algunas ocasiones encontramos pacientes con disfunción eréctil a causa de una disminución de las hormonas sexuales masculinas, como la testosterona. En este caso, aparecerían otros síntomas tales como desarrollo de tejido mamario, pérdida de masa muscular y caía del cabello.
Por otro lado, algunos medicamentos pueden tener como consecuencia la disfunción eréctil. Especialmente algunos usados para tratar enfermedades psiquiátricas y algunos específicos para la hipertensión.
También se han presentado casos de impotencia en pacientes con tratamientos para el cáncer de próstata
En cualquier caso, un especialista es quien debe encargarse de dar las indicaciones adecuadas para encontrar la solución al problema.
El sistema vascular y la impotencia
Considerando que una erección se logra mediante la acumulación de sangre en el pene, si existe un problema en el sistema vascular, entonces es bastante probable que nos encontremos frente a un caso de impotencia por causas vasculares.
Es decir que las enfermedades relacionadas con el flujo sanguíneo, como los niveles de colesterol alto, la hipertensión, ateroesclerosis y otras enfermedades cardíacas pueden presentar la disfunción eréctil como uno de sus síntomas.
Causas neurológicas de disfunción eréctil
Existen casos en que el cerebro no logra “establecer una comunicación” con el órgano sexual masculino. Esto puede suceder debido a lesiones causadas por intervenciones quirúrgicas, esclerosis múltiple o algunas lesiones en el sistema nervioso.
La recomendación siempre será confiar en un médico de confianza, especializado en salud masculina.
Otros problemas de salud
Ya mencionamos que la impotencia puede ser un síntoma de un problema en el sistema cardiovascular. Además de eta enfermedad, existen otros problemas de salud que pueden venir acompañados de este síntoma.
La diabetes, la obesidad, la enfermedad de Parkinson, el consumo excesivo de tabaco, alcohol y drogas, el síndrome metabólico y trastorno del sueño, son otros causantes de la impotencia sexual masculina.
Otro padecimiento que tiene como consecuencia el impedimento en la erección del pene, es la que se conoce como enfermedad de Peyronie. Esta se produce cuando la actividad física o la actividad sexual generan lesiones frecuentes en el pene, produciendo tejido cicatricial que termina por generar una deformación (curvatura) en el miembro, dificultando la erección.
Tratamientos para la disfunción eréctil
Actualmente los tratamientos para la impotencia comienzan con una rutina saludable, acompañado de tratamiento psicológico. Luego de una correcta evaluación médica se plantearían otros tratamientos con medicamentos, dispositivos de ayuda o la cirugía, que se encuentra como última opción.
El acompañamiento psicológico se recomienda en todo momento, ya que la disfunción eréctil conlleva a serios problemas de autoestima, lo que debe ser monitoreado constantemente. Mientras tanto, otros tratamientos deben estar recomendados y controlados por profesionales.
Algunos de estos tratamientos consisten en fármacos que estimulan el flujo sanguíneo. Estos se deben tomar algunos minutos previos al acto sexual, siempre siguiendo las recomendaciones prescritas.
Otros tratamientos más innovadores incluyen las prótesis de pene, lo que evidentemente se refiere a una cirugía. Otra propuesta consiste en aplicar directamente en el pene inyecciones de células madre o plasma con alto contenido plaquetario a fin de regenerar el mismo.
Ahora bien, lo más importante es acudir a tiempo al médico y explicar la situación claramente y con toda confianza. De este modo, los resultados serán más satisfactorios.
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