El metabolismo de las grasas en el organismo puede verse alterado por distintas razones. Existen numerosas enfermedades que pueden afectar en mayor o menor medida la concentración de lípidos en la sangre de una persona. Todas estas condiciones llevan el nombre de dislipidemias y se caracterizan por algún tipo de problema con las grasas a nivel metabólico.
La mayor parte de las dislipidemias se pueden dividir entre las que tienen origen genético (comúnmente conocidas como primarias) y las que vienen asociadas a otras afecciones contraídas de manera posterior (secundarias). Las causas de dislipidemias más comunes en la segunda categoría son enfermedades como la diabetes, la obesidad (sobre todo cuando se vuelve crónica), el síndrome metabólico y el hipotiroidismo.
En los casos de dislipidemias casi siempre se presentan diferentes inconvenientes a nivel de colesterol y/o triglicéridos. El creciente interés sobre las dislipidemias en los últimos tiempos se debe a la mayor importancia que van cobrando estos criterios diagnósticos para evaluar ciertos riesgos médicos en el grueso de la población. Por ejemplo, las dislipidemias son uno de los factores de riesgo cardíaco mejor documentados.
Cuando se diagnostica algún tipo de dislipidemia es importante estar al tanto de que existen numerosos tratamientos para revertir esta desagradable condición. Una de las primeras medidas que se deben tomar al momento de ser diagnosticado con una o más dislipidemias es la modificación de la dieta (suele corregir la gran mayoría de los casos). Si bien hay algunos fármacos destinados a ayudar a los pacientes que buscan una solución instantánea lo cierto es que son bastante costosos y tienen demasiados efectos secundarios (por lo que no los recomendamos). En su lugar se pueden probar cantidad de remedios naturales con hierbas medicinales contra la dislipidemias, sin efectos colaterales y con una mayor efectividad.