Para confirmar esta hipótesis, los investigadores se basan en que la enfermedad celiaca en el padre se encuentra relacionada con no solo problemas gonadales sino, al compartir genes en la formación del embrión, también con la formación de placenta y desarrollo embrional.
En otro estudio realizado en Italia, se examinó durante 90 días a toda mujer gestante que acudiera al área de ginecología y obstetricia de un gran hospital de la ciudad de Nápoles. Tras el periodo de observación, se descubrió que de doce mujeres con enfermedad celiaca, de las cuales cuatro habían sufrido un aborto previo, siete tuvieron niños con bajo peso al nacer, tres no culminaron las cuarenta semanas de gestación y tres niños fallecieron en el momento del parto.
El riesgo que se atribuye a la celiaquía con relación al embarazo es similar o mayor al que se le atribuye a las diversas enfermedades que comunmente se descartan al inicio de la gestación como son la rubeola, sífilis, defectos del túbulo neural en el niño o citomegalovirus, entre otras.
Siendo la enfermedad celiaca fácil de diagnosticar y tratar, se hace indispensable realizar pruebas de diagnóstico en toda mujer gestante al inicio del embarazo. Las pruebas de diagnóstico consisten en la medición de anticuerpos contra proteínas activadas por gluten en el intestino delgado; y el tratamiento consiste en la realización de planes alimenticios libres de trigo, cebada y centeno.
Es importante resaltar que el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad celiaca en la madre no brinda la certerza de prevenir complicaciones en el embarazo al haberse hallado que la genética del padre también influye en los resultados del embarazo. Por ello, los profesionales de la salud deben estar atentos a la presencia de esta enfermedad en padres con enfermedad celíaca debido al efecto adverso, mediante el proceso inflamatorio que esta produce, y que genera en la gestación.
Fuente: http://infoceliaco.com/