Pero bueno, mientras eso llega...vamos con una propuesta de DIY muy apetecible para distraerte en un fin de semana de invierno en el que tengas un ratito para ti: unos cestos de madera en degradé que son en realidad mi último #DIY3BR, ya sabéis... buenos, bonitos, baratos y resultones ;)
Lo había visto en paredes, en muebles, en cestos... hacía tiempo que el efecto degradadado u ombre - que es la palabra francesa que nombra la tendencia y que no significa otra cosa que "sombra" - me estaba diciendo "pruébame", así que estos cestos de madera que llegaron a casa directos del súper y llenitos de mandarinas fueron la excusa perfecta para probarla (sí, nos gusta el reciclaje ;)
Para hacerlo, como es habitual en nuestros #DIY3BR, los materiales son reciclados o de esos que ya tenía por casa:
- 2 cestos de madera.
*También puede hacerse con cestos de mimbre, cajas de madera o cualquier otro recipiente que sea de algún material poroso.
- Papel de lija de grano fino.
- Cinta de carrocero.
- Pintura plástica en un color.
*Yo he utilizado un resto de verde mint.
- Un pincel o una brocha pequeña.
Como siempre, en primer lugar preparamos los materiales y los colocamos a mano para trabajar más rápido y fácil (1 y 2). Después, como casi siempre... hay que darle un poco a la lija (3). Lijar es siempre el paso más aburrido, pero es la mejor forma para que las superficies queden suaves y sin astillas, listas para trabajar con ellas.
Llega el momento de pintar y aquí... cada uno decide su "diseño" para el degradé, yo elegí hacerlo de arriba a abajo. Además, ya con el pincel en la mano, pensé que podía quedar bien pintar también el borde de los cestos por la parte de dentro, de forma que el exterior tuviera continuidad en el interior. Como por dentro sólo quería pintar el borde, coloqué un poco de cinta de carrocero para no salirme (4). Así, primero pinté los bordes por la parte interior (5) y luego los bordes de la parte exterior (6). En ambos casos, lo hice con la pintura tal y como viene en el bote, sin diluir, para que esa fuera la parte más "oscura" de nuestro degradé.
Una vez terminados los bordes, justo debajo y sólo por fuera, pinté otra franja del mismo color, es decir, de nuevo con la pintura original, sin diluir (7 y 8). Cuando terminé con los ocho lados (cuatro por cada cesta), sumergí el pincel en agua para quitarle pintura, aunque sin quitarla toda (9), y pinté otra franja debajo de la anterior con esa mezcla diluida. En la foto del detalle podéis observar que la pintura queda más transparente y se ve claramente la diferencia con la parte de arriba. A continuación, aclaré de nuevo el pincel, esta vez sí, todo lo posible, y pinté la última franja que ya quedó prácticamente transparente (10).
Como podéis ver en las fotos, al ir pintando franjas de pintura sin disolver, con otras donde la pintura tiene más agua, se va creando ese efecto degradé que buscábamos. El efecto se nota desde el principio, pero después de unas horas de secado el resultado es mucho más chulo, así que... para verlo bien os va a tocar esperar un poco ;)
Y ya está, ¡tenemos nuestras cestas listas!, ya sólo nos queda llenarlas y seguro que enseguida encontramos con qué, lo que sobra en todas las casas son cosas para ordenar ¿verdad?
Ya sabéis que la máxima de nuestros #DIY3BR es aprovechar, y que por eso todos los materiales son reciclados o reutilizados, en este caso, además de las cestas de fruta, el tono base para el degradé el verde mint, es también un resto del que ya usé para el escaparate de primavera del año pasado, y también para mi mood-board otoñal. Bueno... lo he hecho por eso y porque ese tono queda genial en mi cuarto de baño, que es donde han terminado mis cestos llenos de toallas y detalles marinos :)
¿Qué os parecen? ¿Os gustan los degradados o preferís los colores sólidos?¡Contadnos! Ya sabéis que nos encanta saber vuestra opinión ;)
**Con este post participo en el "Finde Frugal 109" de Marcela Cavaglieri**
¡No os perdáis las ideas del resto de blogs participantes!
¡¡FELIZ FIN DE SEMANA!!