Nuestra protagonista de hoy, con permiso de mi sobri, es una mochila DIY hecha con retales para poder ir con ella a la playa, a la piscina o a pasear. UN DIY de costura muy, pero que muy fácil de hacer, ya veréis...
Antes de seguir... un mensaje para l@s que no seáis muy amig@s del coser: no os asustéis. Aunque veáis tropecientos mil pasos en las fotos, es sólo para explicarlo todo lo más al detalle posible, pero la mochila es fácil de hacer, ¡prometido!
Como siempre en nuestros DIY, empezamos por los materiales y herramientas:
- Un retal de tela de unos 60 cm de ancho x 40 cm de alto
- Otro retal de tela de 10 cm ancho x 6 cm de alto (si la tela es con un motivo diferente, mejor)
- 3 m de cordón de algodón
- Cinta métrica
- Tijeras
- Alfileres
- Imperdible o pasa-cintas
Cuando lo tengamos todo listo y a mano, vamos con el paso a paso:
Lo primero de todo es estirar bien la primera tela sobre la mesa - el retal más grande - y marcar las medidas que vamos a utilizar. En mi caso son 40 cm de alto por 60 de ancho para que nos salgan bien las dos caras. Si la tela es estampada, como en mi caso, es importante que centremos bien los dibujos.
Una vez que ya hemos marcado la tela - ya sabéis que yo uso el boli "mágico" que después se va planchando - le damos 2 cm más de ancho a todo el contorno para las costuras y, ahora sí, ya podemos cortar la tela. Tendremos entonces una sola pieza que doblaremos para que, de esa forma sólo haya que coser la parte inferior y uno de los lados. No obstante, también podéis hacerlo cortando dos piezas iguales y repitiendo en los dos lados los siguientes pasos que demos con el saco.
Esta mochila lleva unos cordones a los costados y para sujetarlos vamos a realizar dos trabillas, utilizando el retal de tela pequeño de los dos que teníamos. A cada trabilla le vamos a dar unos 8 cm de ancho por unos 5 cm de alto. Marcamos, cortamos y, del revés, las doblamos por la mitad y las sujetamos con alfileres para después coserlas.
A continuación, volvemos a la tela del saco y, o bien remallamos, o si como yo no tenéis máquina de remallar, haremos dos dobleces para hacer un orillo en el lateral que queda abierto (si habéis optado por dos trozos de tela, tendréis que hacerlo en ambos laterales), de esta forma, nos quedará bien rematado por el interior. Lo sujetamos con alfileres y lo planchamos para que sea más fácil de coser a la hora de pasarlo a la máquina.
Ahora que ya tenemos las diferentes piezas listas, nos sentamos a la máquina y empezamos cosiendo las trabillas por el revés y, cuando están listas, les damos la vuelta. A continuación, las doblamos por la mitad y, así dobladas, las colocamos una a cada lado, en la parte inferior del saco de tal forma que en el lado abierto, de paso que pasamos a máquina el lateral de la mochila, también sujetamos las trabillas a la otra tela. Si tenéis dos trozos de tela, haced este paso en los dos lados. Si como en mi caso, habéis doblado uno de los laterales, en esa parte tendréis que hacer un pequeño corte a la altura donde queráis colocar la trabilla, meterla como en el otro lado, y coser. Cuando cosáis el lateral no lo haremos hasta arriba, sino que dejaremos unos 7 cm sin coser en la parte superior.
Cuando ya tenemos rematada y cosida nuestra mochila por la parte inferior y el lateral (o los dos laterales), sólo nos falta hacer una jareta en cada una de las caras de la parte superior para pasar las cuerdas. Recordad que habíamos dejado unos 7 cm de alto sin coser por el costado. Si habéis optado por dos telas, ya lo tenéis, si habéis hecho un doblez como yo, ahora tendréis que hacer un corte de 7 cm en el costado doblado. Cuando ya lo tenemos, doblamos la tela hacia abajo, metiendo un poco hacia adentro - como veis en la foto - para que quede bonito, y lo cosemos con la máquina.
Ahora llega el momento de colocar los cordones. En primer lugar cortaremos el cordón en dos mitades de 1,5 m. A continuación, cogemos un primer cordón con un imperdible o un pasa-cintas - por ejemplo el de la derecha - lo metemos por la jareta de atrás, lo sacamos, lo metemos por la jareta de delante lo sacamos, lo pasamos por la trabilla y atamos los dos cordones con un nudo. En la imagen se puede ver el recorrido que tenemos que seguir con cada cordón. Repetimos con el otro cordón. Para hacerlo, lo más fácil es utilizar un pasa-cintas, pero, si como yo no tenéis ninguno a mano, podéis utilizar un imperdible, que ya veis que también funciona ;)
Para terminar, sólo tenemos que tirar de los cordones y... ¡ya está! Así de bonita ha quedado la mochila, y así de guapa estaba Nora preparada para salir a pasear :)
Ya os lo advertía al principio... tanta foto y tanta letra asusta un poco, pero os puedo asegurar que éste es uno de esos DIY en los que tardas más en escribir el post explicando el paso a paso que lo que tardas en hacerlos, la mochila se prepara en un tris, ¡palabra!
¿Qué os parece nuestro regalo de cumple DIY?
¿Sois como yo de l@s que aprovechan los retales?
¡¡FELIZ FIN DE SEMANA!!