Soy muy fan de losjuguetes naturales y confeccionados a mano, pues considero que los regalos hechos de esta manera destilanamorpor todas partes y son muchomás especiales.
Estapelota sensorial de lana afieltrada, me la enseñó a hacer Ceci, una de las maestras de laescuela Waldorf a la que va Sunflower.Las pelotas son unjuguete ideal en todas las edadesy ésta además puede acompañar endiferentes etapas de desarrollo, y al tratarse de materiales naturales como es la pura lana cardada, aporta unacalidez y una bellezainmejorable para los niños.
Hoy os enseño cómo crearla, aprovechando que hace poco hicimos una para mi sobrina Nuria. Es muy fácil y divertido, los niños lo pasarán genial afieltrando.
Empezamos…
¿Qué materiales necesitamos?
Cascabelespara hacer el efecto de sonajero. (También se pueden utilizar otros materiales sonoros: conchas de mar, piedrecitas, semillas,…)
Lana cardada blanca y de colores:La puedes encontrar en cualquier tienda de artes plásticas y manualidades. Aun así comprada por internet suele ser más barata. Yo suelo comprar en unaweb alemanadonde los precios son supereconómicos, pero está en alemán. Si no quieres complicarte con el traductor, en España también hay sitios que están bastante bien de precio. Aquí te dejo dos sitios donde yo he comprado, puesto que utilizo la lana para muchas otras manualidades: Tejo lo que hiloyNarava.
Jabón de Marsella(para afieltrar la lana, mejor si lo tienes en escamas, o si no, con un rallador sacas unas cuantas.)
Agua caliente
¿Qué herramientas utilizaremos?
Un cuchillo (para cortar la pelota de tenis)
Unas agujas de abatanar (que también las puedes encontrar en los mismos lugares donde compras la lana).
Un bote de spray vacío (que servirá para hacer mezcla jabonosa y rociar la lana después)
¿Cómo se hace?
Primero hacemos una incisión en la pelota de tenis.
Seguidamente, introducimos los cascabeles (o los materiales sonoros que hayamos elegido).
Hacemos trocitos la lana blanca cardada y envolvemos toda la pelota con ella, haciendo al menos tres o cuatro capas de lana, no debe verse la pelota de tenis.
Después la rociamos con espuma de jabón que habremos preparado en el bote con las escamas de jabón de marsella y agua caliente.
La dejamos bien enjabonada por todo y la masajeamos, y la hacemos rodar entre las manos, con movimientos circulares, para que la lana se vaya afieltrando.Después añadimos algo de lana de color. Lo interesante es no crear un dibujo acabado, sino simplemente manchas de colores que resulten estimulantes para el niño, pero dejando libre su imaginación.
Y repetimos el proceso anterior con la mezcla jabonosa.
Una vez que la bola ha adquirido consistencia y la superficie está bien unida, comienza el proceso de bataneado. Esto es hacer rodar la bola sobre una superficie. Aplicando al comienzo poca presión.Así la bola se va haciendo cada vez más compacta.
Después, enjuagar la mezcla jabonosa debajo de agua corriente y dejarla secar.
Después que se haya secado (al menos 24 horas), fijamos un poco más la lana de color con la aguja de abatanar.
Se trata de ir haciendo pequeños pinchazos por las fibras para que se vayan entretejiendo y fijando. Esto es hasta relajante.
¡Y ya la tenemos, lista para regalar y ofrecer infinitas posibilidades de juego!
<<Nada de lo que el ser humano hace, sabe, anhela o teme no ha sido esbozado, probado y practicado o, cuando menos, previsto en los juegos de un niño – Heidi Britz-Crecelius>>
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