Dolor: ¿cómo se mide el dolor que sentimos?

Por Mariajosehe @Herraiz_MJ

Los pacientes que sentimos dolor nos preguntamos muchas veces cómo pueden los demás saber y entender lo que nos pasa. Es imposible que otra persona empatice tanto con nosotros como para “notarlo”, más cuando generalmente nos cuesta describirlo a nosotros mismos.

El dolor es una sensación personal y subjetiva que depende no sólo de la patología que lo provoca si no de múltiples factores asociados: culturales, sociales, personales (edad, estado emotivo, situación cognitiva) y las experiencias dolorosas previas.

Entonces ¿cómo sabemos los médicos si el dolor que siente un paciente está controlado, mejorando o empeorando?

Como es el propio paciente el que puede indicar, valorar y cuantificar el dolor que siente, se utilizan para su control “Escalas Subjetivas”; el hecho de que sean subjetivas hace que su uso esté muy limitado. Por poner un ejemplo, en investigación no pueden utilizarse.

Estas escalas del dolor se pasan previamente a la visita de todo paciente que presente una enfermedad caracterizada por provocar dolor (las enfermedades reumáticas, etc.) y abarca un período de tiempo determinado (generalmente la semana anterior a la visita).

La importancia de estas escalas no está en saber si el dolor es de 3, 5 o 10, lo importante es la relación entre el valor que se le dio en la visita anterior y el que se le da en la visita actual.

Hay diferentes tipos aunque todas son muy parecidas:

• Escala Visual Analógica (EVA): Es una línea de 10 centímetros donde en el extremo izquierdo estaría el “sin dolor” y en el derecho el “máximo dolor imaginable”.

• Escala Numérica: Va de 0 a 10, donde cero es sin dolor y 10 el máximo dolor posible. Se cuantifica por lo tanto en números.

En ambas se considera un dolor leve cuando la puntuación es igual o menor a 3, moderado cuando es mayor de 3 y menor de 6 e intenso si es igual o mayor 6. A partir de un dolor que se califique en 3 (o mayor) se deben siempre aplicar medidas analgésicas.

• Escala de expresión facial o de rostros: Utilizada en niños o personas que no pueden hacer una asociación analógica o numérica a su dolor.

• Cuestionario del dolor de Mc Gill (CDM): Nos da más información sobre el dolor. Tiene en cuenta otras dimensiones, no sólo la intensidad si no las sensaciones y emociones que éste provoca. Se utiliza en muchos estudios clínicos y se considera el método más fiable para la evaluación del dolor crónico. Como limitación podemos hablar del tiempo que se tarda en realizarlo y de la dificultad de algunos pacientes en comprender todos los términos.

• CBD (Cuestionario breve del dolor): es parecido al anterior, interesante porque mide el efecto del dolor sobre determinadas acciones habituales en la vida del paciente.

La consideración de si el dolor afecta a la vida familiar, laboral y social, también es un indicativo de su intensidad, así como la afectación a la hora del descanso nocturno y la percepción que el médico tiene según la actitud del paciente durante la visita.

Resumiendo, hay múltiples escalas para valorar el dolor pero son todas subjetivas, realmente el único que sabe lo que siente es el que lo padece.

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