Los dolores de cabeza son dolores que se resienten en el interior de la caja craneal. El término apropiado para designar a estos dolores es la “cefalea”. Esta cefalea se presenta bajo diferentes formas, pero traducidas siempre como una enfermedad subyacente o una disfunción.
La cefalea no es una enfermedad, sino un síntoma. Por lo tanto, no se debe confundir con la migraña, que sí es una enfermedad, donde la cefalea suele ser el único signo que se observa. En todo caso, en el lenguaje corriente, los dolores de cabeza pueden significar al mismo tiempo, cefalea y migraña.
Se pueden distinguir las cefaleas agudas, las cefaleas agudas repetitivas, las cefaleas de gravedad progresiva, y las cefaleas crónicas. El tipo de cefalea depende de la enfermedad y puede acompañarse de náuseas. La cefalea aguda es la aparición brusca y de intensidad media o severa.
Ésta se traduce lo más corrientemente, por una causa grave, esencialmente de origen vascular, como la hemorragia de las meninges, la trombosis venosa cerebral, la disección carotidinia, o el aumento de la hipertensión arterial.
Causas posibles de los dolores de cabeza
También se observan causas infecciosas como la meningitis bacteriana o vírica, y la sinusitis. Otras causas no vasculares y no infecciosas pueden conllevar a una cefalea aguda, como el glaucoma agudo y la fiebre.
Ciertas manipulaciones terapéuticas inducen a la cefalea, por ejemplo la punción lumbar o la ingesta de ciertos medicamentos como los derivados de los nitrados. La cefalea aguda por recaída se caracteriza a través de un inicio brusco, de alta intensidad, y sobreviene frecuentemente, y no siempre con cierta periodicidad.
Este tipo de cefaleas suele ser muy resistente a los analgésicos ordinarios, y tiene la particularidad de repetirse tras un lapso de tiempo variable, y tras una ingesta de medicamentos.
Dolores de cabeza frecuentes y persistentes
Ciertas enfermedades muy graves, de evolución progresiva, son peligrosas en caso de cefalea aguda que evoluciona hacia una exageración progresiva de su intensidad. Se trata de un síntoma cada vez más frecuente, hasta convertirse en algo crónico.
Un tumor cerebral, una tromboflebitis cerebral, una hipertensión intracraneal, o una meningitis son posibles. En todos estos casos, la ingesta de un analgésico clásico no tiene contraindicaciones para aliviar el dolor.