Conocía su trabajo desde hacía ya un tiempo, incluso tenía alguna pieza suya adquirida en Showroom Trastornados, pero debo reconocer que mi pasión por sus diseños ha ido en aumento hasta ser absoluta. Cuando primero conoces la obra y luego a la persona, al creador, pueden ocurrir muchas cosas. Desde la decepción hasta la admiración. En mi caso con Domingo Ayala ha sido la segunda opción, la de admiración profunda. Tan divertido y original como sus diseños, llevar un collar o una pulsera suya te aporta algo más, un toque de felicidad.
Con materiales inusuales, como imperdibles o piezas de ferretería, Domingo crea piezas realmente originales.