Domingos de belleza: Operación 'Papa Delta'

Publicado el 20 mayo 2012 por Soni Lane
¿Conocéis las Papa Deltas? Esas patatas de Grefusa que no sé qué leches llevan pero que están riquísimas. Yo las tomaba de pequeña, cuando iba a la piscina o paseaba sin rumbo por mi pueblo. 
 Pues bien, cuando pensaba que había superado esa fase porque ya llevaba años y años sin hacerlo, ¡las he vuelto a comer! Y lo peor de todo es que me estoy aficionando demasiado, en ocasiones me sientan mal al estómago y, para más inri, las acompaño de Gublins, Risketos y Kikos, compañías indeseables donde las haya. Debido a unas historias que no viene al caso comentar (básicamente, que no tengo trabajo), he vuelto a merodear sin rumbo fijo por mi pueblo, con las mismas amigas con las que lo hacía cuando tenía 13 años. Puede parecer triste retroceder en el tiempo, una mujer de 27 años haciendo estas chiquilladas y no yendo a su trabajo como es debido, en plan ejecutiva y llevando una dieta a base de cafés de máquina y coca colas light... Pero en el fondo, esto me parece de lo más divertido. Aun así, por salvar mi figura (y mi salud), he de poner fin a esto. De ahí el nombre de mi operación, que no es 'bikini' (aunque podría serlo), sino 'Papa Delta'. Y es que éste (las Papa deltas) será uno de los primeros alimentos (si es que esta guarrería con glutamato monosódico merece llevar ese nombre) que voy a eliminar de mi dieta pro-paro (dulces, picoteo, cervecitas entre diario...). Se acabó.
Se acabó desayunar un café con cereales y una rosquilla. A partir de ahora, incorporaré una fruta. Ayer me tomé todo esto, solo que cambié la rosquilla por un plátano (algo dulce pero más sano, y fácil de comer). Y todo fue bien.
 Las cervecitas indiscriminadas entre semana también deben acabar. En su lugar, pediré té o coca cola light. Sé que tampoco son opciones super sanas, pero mejor será esto que no llegar medio borracha a mi casa a las 9 de la tarde, hábito perfecto para desarrollar una tripa cervecera a lo Homer Simpson. No renunciaré a tomarlas, pero reduciré su consumo.
 Creo que mi estómago se ha hecho más grande desde navidades. Ahora que no trabajo y estoy menos estresada, estoy ganando peso. Aunque sólo hayan sido un par de kilos, ningún pantalón se me haya quedado todavía pequeño y la gente me diga que no lo nota ¡yo sí me noto la tripa más hinchada y con algunos michelines que antes no estaban! En mi defensa diré que sigo practicando deporte (yoga) y que tampoco es que lleve una dieta super calórica. Simplemente, aunque siga con mis básicos (verduras, pescado, legumbres...) no hago ascos a ningún tipo de dulce y tengo más ocasiones de tomarlos (reuniones familiares entre diario, quedadas con amigas que también están en paro o tienen mucho tiempo libre...). Mientras que antes, cuando iba a un restaurante, me llenaba enseguida y no tomaba postre, ¡ahora me queda hueco! ¡a veces, hasta lo pido porque me quedo con hambre! Tengo que parar y consumir dulces (sobre todo, chocolate) con un poco más de moderación, no a diario con el café de después de comer. ¡Basta!

Me beberé dos litros de agua al día, haré más yoga y me aplicaré las cremas anticelulíticas 'low cost' del Mercadona. Ah, importante: y buscaré trabajo (esto prácticamente acabaría con el problema). ¡Más no puedo hacer!

Así me voy a poner como no efectúe con éxito mi operación.

 Señoras y señores, comienza la 'Operación Papa Delta'. Pero hoy, no. ¡Mañana!