Subir al Palacio de Miramar, desde donde la reina María Cristina gozaba de unas vistas preciosas de la bahía desde un bello edificio que le sirvió de residencia durante los veranos, es todo un lujo para la vista. Ver entrar desde aquí los veleros junto a la isla de Santa Clara, pasear por sus jardines o ver pasar a los visitantes de todo el mundo deslumbrados por el verde brillo del país vasco.
No dejes de pasear por los montes de Donostia, ver amanecer o atardecer, ve las luces de la noche desde lo alto en la ciudad de Donostia - San Sebastián, no tiene precio y no lo olvidarás. En Ulía, la senda de los acantilados que forma parte también del camino de Santiago, despertarás tus sentidos, caminarás por un bosque escuchando romper las olas contra la costa y podrás llegar hasta el singular puerto de Pasajes.
No vuelvas sin visitar sus parques, no te lo puedes perder. Aiete, Cristina Enea, Palacio de Miramar, Plaza de Guipuzcoa, y muchos otros que a tiro de piedra en un pequeño paseo o caminata podrás ver y no olvidarás. Alguno de ellos merece una visita específica. una mañana o una tarde para gozar de un entorno natural en la ciudad. En sus playas de arena. Ondarreta, Zurriola o la espectacular Concha podrás después descansar y tomar el sol.
La Isla de Santa Clara, en el centro de la bahía merece un paseo en barco desde el puerto. Fue declarada de Centro histórico de Interés nacional en los años 40 y puedes visitarla a pie llegando a la misma en barco o en alguna de las motoras que a diario prestan el servicio de transporte. A finales del siglo XVI sirvió para tener apartados de la población de San Sebastián a los enfermos de peste. Con bajamar tiene incluso una pequeñita playa.
La Calle 31 de agosto entre las diez calles más famosas del mundo o la Catedral del Buen Pastor, la Iglesia de Santa María y la de San Vicente, son algunos ejemplos. El Castillo de la Mota, el Puerto, el Paseo Nuevo con el Acuario o el Palacio de Miramar no deben faltar señalados en tu mapa turístico.
No me olvido de "El peine del viento". Aunque la ciudad está repleta de estatuas y preciosos edificios, la visita a una de las obras más famosas del escultor vasco Eduardo Chillida es obligada para sentir el mar, el viento, el sol y la tierra.
En algún sitio he leído que este conjunto escultórico de Chillida fue colocado allí por una poética razón:
"Para que el Mar Cantábrico se acicale un poco antes de ponerse a los pies de esta hermosa y elegante ciudad".
Donostia - San Sebastián".
Que ver en DONOSTIA - SAN SEBASTIÁN
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