El viernes era el mejor día de la semana cuando iba al colegio y no porque fuera el último y llegara por fín el tan ansiado sábado sino porque me tocaba donuts para el recreo.
Mi madre no nos dejaba comer bollería "industrial" siempre nos ponía un bocata, sandwich o una fruta... pero el viernes era sagrado.
Salíamos mi hermano y yo del portal corriendo a toda velocidad a la panadería del barrio, ese día no hacíamos pereza para desayunar y salir de casa a tiempo... y pedíamos a la señora de la tienda, que todos los niños conocíamos porque llevaba años vendiendonos chuches, un donuts de azúcar...
Ella cogía de un gran rollo de papel "marron" un trozo que arrancaba con energía, con ese mismo papel cogía con una habilidad pasmosa el donut y lo envolvía a gran velocidad y a la perfección sellando los lados con un churrito, tipo caramelo...-son 35 pesetas- decía... ¡y a la mochila!
El olor que salía cada vez que abría la mochila para cambiar de cuaderno o coger algo del estuche todavía lo recuerdo y cuando me lo imagino parece que lo estoy oliendo de verdad... uuummm... típico olor a colegio mezclado con mina de lápiz, olor a pegamento, plastelina o virutas de goma de borrar...
Volviendo a la realidad me animé ayer por la tarde a preparar unos cuantos y ponerle así a mi hija uno para hoy como sorpresa... como hacía yo.
Busqué por internet la receta y de nuevo acabé por decidirme por la del blog "Directo al paladar" que siempre consulto el primero porque tiene de todo y los ingredientes y los pasos son los correctos para elaborar con éxito cualquier receta.
Ingredientes para 6 unidades:
Preparación:
Mezclamos la harina con el azúcar, la levadura y la pizca de sal en un bol amplio y la disponemos en forma de volcán.
Templamos la leche y vertemos en el hueco central.
Añadimos el huevo batido, el agua y la mantequilla a temperatura ambiente y mezclamos bien con ayuda de un cucharón de madera.
Hasta conseguir una papilla fina y suave...
Cuando tome una consistencia húmeda terminamos de amasarla con las manos en una mesa enharinada hasta conseguir una masa elástica.
Boleamos y dejamos reposar tapada con un paño limpio al menos una hora o hasta que duplique se volumen en un lugar cálido.
Pasado ese tiempo volvemos a amasar unos segundos y dejamos de nuevo reposar otros 10 minutos. Extendemos y aplanamos con ayuda de un rodillo hasta que la masa tenga un espesor de 1 cm.
Cortamos con ayuda de un molde la forma redonda, usaremos un molde grande para el corte exterior y uno pequeño para el interior.
Volveremos a amasar el sobrante y de nuevo haremos mas donuts, así hasta acabar con la masa.
Freímos en aceite caliente, si es posible no más de dos a la vez, hasta que se doren ligeramente.
Les damos la vuelta y dejamos dorar por el otro lado. Escurrimos sobre papel absorbente hasta que se enfríen completamente.
Preparamos mientras el glaseado:
Mezclamos en un bol pequeño el azúcar glass y las dos cucharadas de leche hasta conseguir una consistencia espesa.
Añadiremos mas azúcar si se nos ha quedado algo líquido
Disponemos en una bandeja y con ayuda de una espátula untamos la superficie.
Pueden conservarse perfectamente hasta 4 días en un lugar fresco y seco, pero desde luego no estarán tan buenos como el primer día.
Os invito a desayunar.
También podemos hacer más masa y más donuts y congelarlos ya fritos y glaseados, envueltos en papel de film, cuando los queramos consumir tan sólo debemos ponerlos unos minutos en el horno y estarán tan buenos como el primer día.