Lamentablemente en la vida te toparás con estas dos situaciones decepcionantes: te caerás mil ocho mil veces y te romperán el corazón en más de una ocasión. No estoy hablando solamente de asuntos románticos sino de los amigos, trabajos, sueños frustrados, golpes al ego y los errores cometidos.
Hace unos días llegué a mi crisis existencial vanidosa número 895, de la cual me da pena hablar pero supongo que muchos así como yo, han sentido alguna vez que están fuera de lugar por su apariencia y su físico.
Me sorprende que nosotros mismos seamos nuestro propio monstruo personal, aunque eso sí, ningún monstruo es igual, todos atacan de diferente manera.
Yo por ejemplo, me he llegado a sentir plena, que lo puedo todo (mujer luchona), ¡Qué soy feliz!. Pero luego vienen esos pensamientos internos, esas interrogantes sobre lo que no tengo, sobre mis defectos, sobre lo que no he logrado y es cuando todo se viene abajo.
Claro que las redes sociales no ayudan para nada, estar en constante comunicación no es sano ni necesario. Tampoco podemos vivir comparándonos con los demás ya que cada quién tiene su propio viaje y su propio destino.
La otra vez escuché en la radio (así es, escucho la radio como señora) esta frase: “Ser imperfectos nos hace libres”. Creo que no hay mayor tesoro que la libertad y ser quien somos realmente, hacer lo que de verdad nos mueve, sin críticas, sin miedo y sin dañar a los demás.
Para mi también es muy importante vestir como te sientas cómodo y como a ti te guste, no dejes que nadie decida por ti. (Aquí pueden ver mi selección de vestidos favoritos).
¡La vida es mejor cuando eres tu mismo, nunca lo olvides!
*Se queda dormida en el teclado…
Ilustraciones por Inslee