A un día en que se instituye por la iniciativa de organizaciones de pacientes, por primera vez la celebración de "la concientizacion en el mundo de la enfermedad Leucemia Mielóide Crónica", me he permitido hacer un breve nota para destacar la significativa contribución humanitaria de tres investigadores que con su trabajo permitieron identificar por primera vez, una alteración cromosómica relacionada directamente con el cáncer, constituyéndose hasta nuestros días en la linea científica de investigacion privilegiada, para determinar la causa de los tumores de distintas formas de cáncer, y que permitió dar un salto cualitativo en el desarrollo de terapias no citotóxicas y por lo tanto menos agresivas para el control de determinadas formas del cáncer, con sobrevivientes que disfrutan de una mejor calidad de vida, durante el proceso de control o cura de este tipo de enfermedades.
En 1960 se pensaba que las causas del cáncer estaban relacionadas con virus pero los científicos Peter Nowell, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania y David Hungerford del instituto Fox Chase Cancer Center, descubren cuando experimentaban con las células de varios tipos de leucemia, un cromosoma mas pequeño que el normal; el número 22, que se presentaba en las células de cáncer de 9 de cada 10 pacientes con Leucemia Mielóide Crónica al que llamaron Filadelfia, por el nombre de la ciudad donde se ubican ambos centros de investigación.
En 1962 la dra. Janet Rowley, una investigadora de la Universidad de Chicago Medical Center, comenzó a estudiar los cromosomas de los pacientes con leucemia. Pero es la década posterior, cuando los genetistas perfeccionan las técnicas de estudio de visualización de los segmentos de cromosomas con gran precisión (bandeo de cromosomas) que es posible para Rowley descubrir que los cromosomas de las células leucémicas no sólo pierden material genético, a veces lo "intercambian".
En 1972, Rowley descubrió la "translocación" e intercambio de pequeños trozos de ADN entre los cromosomas 8 y 21 en pacientes con leucemia mieloblástica aguda y al finalizar ese mismo año, descubre que el cromosoma que en la década anterior Nowell y Hungerford llamaron Filadelfia relacionado con la leucemia mielóide crónica, es el resultado de una translocación de genes. Un segmento importante del cromosoma 22 se rompe y se traslada al cromosoma 9, en el que no le pertenecía. Al mismo tiempo, una pequeña porción del cromosoma 9, que incluyó un importante gen causante del cáncer, se había trasladado al punto de ruptura en el cromosoma 22. Debido a esta transferencia de un cromosoma a otro, los genes importantes relacionados a la regulación del crecimiento celular y la división ya no se encuentra en su posición normal en el cromosoma y por ello se origina la enfermedad.Desde entonces, hasta el 2001, cuando la FDA, aprueba el uso del Imatinib, se han sucedido una carrera de negocios vinculada a los laboratorios y farmacéuticas por apropiarse de una parte del mercado de los enfermos de LMC, y los otros tipos de cáncer para los tambien se usan terapias moleculares...pero esta es otra historia.
Hoy celebro el encuentro, con todos aquellos a quienes conocí, a partir de la enfermedad y juntos con ellos "celebro la vida".
Dr. Peter C. Nowell Dra. Janet Rowley
Dr David Hungerford (izq.)