DSpeakeasy: el nuevo local de Diego Guerrero

Por Amoras
Este año, en Madrid, estábamos pendientes del nuevo restaurante de Martín Berasategui o de si Dani García traía Lobito de Mar a la capital.Y sin embargo, casi por sorpresa y en pleno verano ha llegado la que para nosotros es de momento la apertura del año: DSpeakeasy. El nuevo local de Diego Guerrero en Madrid. Nos pilló casi de imprevisto, no había leído ni sabíamos nada de esta inauguración cuando de repente leímos que el 3 de agosto abría... y para no demorarlo, cinco días después, ya estábamos disfrutándolo. El local se encuentra en Fernando VI, en el mismo sitio donde se encontraba el local de copas Speakeasy (¿está claro de dónde viene el nombre, no?). La fachada no tiene ningún indicativo, como llegues antes de tiempo no sabes que ahí está.
Con dos plantas. En la de arriba el restaurante, con decoración sencilla, mesas en maderas, zona de mesa alta para tomar algo como en barra y cocina vista; uno de los puntos que Diego ya explota en DStage. La cocina no tiene nada que ver con la del famoso restaurante, es otro concepto enfocado más hacía el producto y donde no hay menú. Eso si, se respira el estilo del chef y encuentras platazos que asombran por su belleza y su sabor. Empezamos la comida con una aperitivo de pan de coco con mantequilla de nata de cabra.

Luego nuestra primera opción "Cherry curado, cebollino y frambuesa helada"... fue el plato de la noche, una mezcla de acidez y frescor. Con esa mezcla se te saltaban las lágrimas de lo bueno que estaban

Otro entrante fue "Sardinas, jamón, berenjenas a la miel". Aquí división de opiniones. El conjunto era más soso de lo que podías esperar, la sardina era muy suave y por lo tanto poco intensa. La otra mitad de Viajes y Tapas dijo que estaba delicioso.

El siguiente plato, es para mi, otro imprescindible "Pisto Vizcaina, Bacalao, puntilla". Ese pisto con bacalao, cubierto con la puntilla del huevo, cuando se juntaba con la yema oculta en el fondo convertía la mezcla en uno de los platos de la noche.

De plato de pescado pedimos "Ventresca de bonito, pieles de atún, tendones de ternera". Un bonito a la plancha, perfectamente preparado y sin estar nada seco. Para comer con la mezcla de los tendones y la piparras para potenciar el sabor (la piel de atún no se notaba apenas).

"Morro de cerdo, cigala, bok-choy", quizá aquí nos equivocamos. Queríamos algo de carne, pero este plato, al ser morro en salsa, llevaba la mezcla a ser muy untuosa para ser el final de la comida.

De postre "Manzana, hojaldre, vinagre". Un milhojas de láminas de manzana asada que estando de vicio no era demasiado sorprendente.

Lo que si era sorprendente era el café, etíope y que se preparaba por simple precipitación a través del filtro. El olor era intenso antes y durante de la preparación pero luego era muy suave, demasiado. Al final sin los bares de presión de una buena cafetera el café, aunque sea de mucha calidad, no es lo mismo.
El lugar es para ir a tomar cuatro o cinco platos por cada dos comensales y aunque en muchas partes he leído que el precio medio es de 55-60€ pax realmente es algo más caro. En nuestro caso los cinco platos, más el postre, un café, dos copas de cava y una botella de cava Recadero dejó la cuenta en 80€ por persona.
Ahora mismo no está saturado y es fácil conseguir reserva. Merece la pena aprovechar y probarlo. Salvando que el servicio (quizá sin el engrasado suficiente por llevar 5 días) está algo desacompasado y despistado sirviendo las bebidas, el resto es de diez.
En esta visita, aún no pudimos probarlo porque no habían abierto todavía (el servicio nos dijo que se inauguraba un día después) pero la plata de abajo, donde se bailoteaba hace años, ha mantenido la barra y se ha convertido en un afterwork o un sitio tranquilo zona para tomar un copa tras la cena: DPickleRoom.

Os dejamos también la información de la carta de ese día: