La entrada de hoy está dedicada a la importancia de dormir y de cómo afecta la falta de descanso en nuestro día a día.
Un estudio de los científicos de Estée Lauder determina que cada noche las celulas dañadas se regeneran en un 10%, pero hay dos factores determinantes que entorpecen este proceso: el paso del tiempo, y la falta o mala calidad del sueño.
La falta de sueño crónica produce el envejecimiento prematuro en la piel. Ésto sumado al estrés, la depresión y la ansiedad puede llegar a provocar problemas cardiovasculares, en algunos casos la pérdida de memoria y también contribuyen a debilitar el sistema inmunitario.
Cuando no duermes bien la piel tiene una textura en peores condiciones, es más sensible, está tirante y pueden aparecer rojeces. Cuando ésta situación se repite de continuo aparecen las temidas arrugas y también pueden darse algunos problemas de pigmentación. Esto es debido a que las células que generan melanina se hacen más sensibles al medio y a la radiación UVA + UVB.
La radiación solar sigue siendo el principal factor que acelera el envejecimiento cutáneo ya que daña el ADN. Pero si además no duermes bien no regeneras las células, es decir, no reparas esa lesión.
Los expertos recomiendan dormir entre 7-9 horas diarias, sin interrupciones y a ser posible antes de las 23.00 pm. Esto se debe a que el periodo de tiempo en que el flujo sanguíneo aumenta y, por consiguiente, distribuye los nutrientes a las células, mejorando la regeneración de las mismas es entre las 23.00 y las 4.00.
Así que ya sabéis, a dormir bien y no salgáis a la calle sin un SPF adecuado a vuestro tipo de piel.