Lo fácil es recomendar el mantenimiento de las rutinas previamente establecidas contra viento y marea. Aquello de “lavarse los dientes, leer un libro, y ponerse a dormir a la misma hora”, previo oscurecimiento de la habitación y desconexión de toda la electrónica: móviles, tablets, televisiones, radios, etc. en el dormitorio.
Lo difícil es conseguirlo en un camping de playa, en casa de parientes con otras costumbres o cuando precisamente encontramos el relajo y el ocio con el cambio de rutinas. Pues lo importante es adaptarse, y recordar al menos la duración de sueño para los niños:
Se recomiendan las siguientes horas de sueño:
Los bebés de 4 meses a 12 meses deben dormir de 12 a 16 horas por 24 horas (incluidas las siestas)
Los niños de 1 a 2 años de edad deben dormir de 11 a 14 horas por 24 horas (incluidas siestas)
Los niños de 3 a 5 años de edad deben dormir de 10 a 13 horas por 24 horas (incluidas las siestas)
Los niños de 6 a 12 años de edad deben dormir de 9 a 12 horas por 24 horas
Los adolescentes de 13 a 18 años de edad deben dormir de 8 a 10 horas por 24 horas
Y una cierta consistencia tanto en las rutinas como en las transgresiones de la rutinas.
Dulces sueños.
X. Allué (Editor)