E. Brochet Les Hauts Meuniers 2008

Por Jgomezp24

Emmanuel Brochet es una de las personas más discretas, sensibles y dedicadas al viñedo y a sus vinos que conozco en la Champagne. Discreción y sensibilidad tanto como pasión e ideas claras. Su Le Mont Benoît es un NV atractivo y que me llena de satisfacción. Uno de mis preferidos. Y su proyecto de monovarietales, que viene acariciando desde 2006 (en realidad desde mucho antes... de 2006 es el primer Blanc de Blancs que he bebido...), ofrece ahora una culminación largamente esperada. Les Hauts Meuniers 2008 es un monovarietal de meunier de la parte alta de Mont Benoît, de un viñedo plantado en 1962. Ligeramente al sur de Reims y algo al oeste (Villers-aux-Noeuds), el suelo es arcillo-calcáreo y limoso. El "vin clair" ha pasado 11 meses en barrica, el vino no ha sido estabilizado ni filtrado y el dosaje ha sido mínimo (2,5 gr/L). No ha hecho la maloláctica y ha dormido en la bodega hasta hace unos meses. El degüelle que he bebido (23 de junio de 2015) es de marzo de 2015. Puede que le falte algo de reposo en botella pero el vino (primera vez que lo bebo) es tan atractivo e interesante ya en estos momentos que no me privo de un breve elogio y de una cálida recomendación. 916 botellas.
Lías. Hinojo silvestre. Gâteau des Rois. Perfume de meunier: es un meunier atípico, en boca se expande de una manera casi sobrenatural pero en nariz muestra  una gran finura y delicadeza. Viene a la cabeza un caballo salvaje al que consigues poner la brida. El meunier es un caballo al galope y éste Les Hauts Meuniers ha sido embridado ya y empieza a mostrar tanto músculo como elegancia y afabilidad. Nueces y almendras amargas. Coca de Llavaneras, con ese punto de crema pastelera, de almendra fileteada, de piñones, de limón, de hojaldre y de harina bien horneada. Un vino ideal para tomar con cualquier cosa que venga del cerdo, cualquiera...Bajo la finura y el velo de la discreción del vino y de su hacedor, se esconde un fuerte carácter y una promesa de largos años de vida. El corazón fresco y verde de Reims. Rusticidad de la piel del membrillo. Seda de su dulce. Un vino que no olvidaré.