Ébola: ¿de qué estamos hablando?

Por Martaserrano @Uni_Actualidad

Descubre más sobre la mortal fiebre africana, que necesita de grandes medidas de seguridad  y de la que ya se hizo una película

Recibe su nombre de un río de la República Democrática del Congo (antiguo Zaire), donde se detectaron los primeros casos en 1976. Y hasta ahora, había sido una enfermedad endémica de África que se manifiesta como brotes esporádicos que afectaban a unas pocas personas en medios rurales de esos países y que acababan ellas solas, puesto que eran tan mortales que no daba tiempo a que se extendiesen. El caso más grave que había habido fue en ese mismo país en 1995, donde murieron 254 personas; del que se hizo entonces ya una película que especulaba con una pandemia de Ébola, el Estallido.


Se transmite a través de monos salvajes infectados, que actúan como reserva del virus hasta que haya un contacto directo con un ser humano. La buena noticia es que hasta el 18% de la población de las zonas rurales de África central presenta anticuerpos frente a este virus, podría decirse en cierta forma que son inmunes.

Pertenece a la familia de los filovirus, que multiplican muy rápido y con mucha eficacia, expandiéndose por todo el organismo y alojándose en órganos como el hígado, el bazo, los ganglios linfáticos y los pulmones, donde originan pequeñas zonas de necrosis (es decir, pequeñas zonas de muerte celular). Por otra parte, la glicoproteína que contiene este virus, provoca lesiones en los vasos sanguíneos, produciendo hemorragias internas, sobre todo en el aparato digestivo.

Pero se manifiesta al principio como muchas otras enfermedades: tras 4-5 días de incubación aparecen síntomas de tipo gripal; como dolores de cabeza, fiebre, dolores musculares y erupción en la piel. No es hasta más adelante, cuando empiezan a aparecer pequeños puntitos de sangrado en órganos internos que pueden acabar llevando a la muerte por una intensa pérdida de sangre.

La eficacia del tratamiento no está demostrada, puesto que hasta ahora sólo se estudiaba en centros especiales de la OMS en Ginebra y Atlanta. Lo que se ha venido usando ha sido plasma sanguíneo de pacientes que hayan superado la enfermedad e interferón (que potencia el sistema inmune).

Puesto que el riesgo de contagio es muy elevado, tanto para cuidar a los enfermos como para hacer el diagnóstico se debe establecer un nivel de bioseguridad 4, es decir, máximo nivel que existe. Lo que significa que los que manejan el virus deben de estar entrenados y usar trajes que cubran todo su cuerpo; y la habitación debe de estar en un edificio separado o asilada y con presión negativa. Es digno mencionar que en España sólo disponemos de áreas de trabajo de hasta un nivel 3 de seguridad. Además, los enfermos deben estar aislados durante 21 días tras su curación y los animales infectados, deben ser sacrificados.

Entrada a un laboratorio de nivel de bioseguridad 4

Pincha aquí para ver una escena de la película en la que se describen muy bien los 4 niveles.

Fuente:

MICROBIOLOGÍA MÉDICA (5ª Ed.). Murray, Rosenthal, S.A. Elsevier España

HARRISON: PRINCIPIOS DE MEDICINA INTERNA (vol1) McGraw-Hill.