Ecclestone continúa: “Y mientras están poniéndose al día, las otras personas van hacia adelante. Por el momento, todo está bien. Hay muy pocas cosas que cualquiera puede hacer ahora”. El magnate de la Fórmula 1 insiste: “El peligro es que los tres (los fabricantes) piensan que tienen el motor correcto. Cuando la realidad se establezca, entonces será demasiado tarde”.
Entre sus argumentos para oponerse al cambio está su creencia de que el sonido diferente de los nuevos motores, más silenciado en comparación a los V8, puede alejar a los aficionados. Otro motivo que alega Ecclestone es que supone un gasto extra para los equipos que resulta innecesario: “Algunos costes son costes. Nada puedes hacer al respecto. Pero esto es un coste innecesario, porque lo que teníamos era perfecto. Con lo que está pasando ahora, todo el mundo está contento: contento con el ruido de la Fórmula 1, feliz con los costes, feliz con todo”, afirma a Reuters.
El británico añade: “Ellos (los fabricantes) podrían producir estos motores (actuales) y aún así obtener un beneficio en un 25% menos de lo que van a cobrar por estos otros motores”. Por su parte, Christian Horner, jefe de equipo de Red Bull, parece estar de acuerdo con Ecclestone: “Es un gran cambio, probablemente el cambio más grande que la Fórmula 1 ha visto probablemente durante los últimos 25 años, yo lo habría pensado”. Y admite: “Es terriblemente caro, sobre todo al tratar de desarrollar un coche para este año y diseñar y producir un coche para el próximo año con los cambios que se han introducido, el momento probablemente no es el ideal para algunos de los equipos más bajos de la tabla”.