Algunas de estas decisiones las tomamos nosotros. Otras nos vienen impuestas, las toman entidades o instituciones que forman parte del sistema, es decir, del tipo de sociedad en la que vivimos. Por ejemplo, utilizamos el autobús y nos han subido el precio del billete, o estacionamos el vehículo y, por hacerlo, nos cobran una tasa.
Para entender nuestra vida cotidiana es necesario tener unas nociones de economía. Esta palabra viene del griego oiko que significa casa o hacienda, y nomia como indicador de ley o norma. El hombre es social. Aunque la economía vaya dirigida al individuo, rebota y repercute en toda la sociedad de la cual este participa.
La economía es dinámica. La sociedad cambia y, con ella, la economía evoluciona. La psicología y la sociología se encargan de estudiar los cambios que la economía causa en la sociedad y, por tanto, en el ser humano. Ahí queremos llegar, a las personas.
El ser humano es un ente racional y lógico estudiado por la filosofía. Y, nos guste o no, estamos vinculado a la economía, por lo que ambas, economía y filosofía, están relacionadas.
No fue hasta el Siglo XVlll que se reconoció a la economía como ciencia propia, gracias a la publicación, en l776, del libro del economista británico Adam Smith "Investigación sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones". El resto de la historia se puede leer aquí.