Educar en el asombro

Por Masqueudos

Educar es buscar la perfección de la que es capaz nuestra naturaleza. Uno de los problemas de los últimos años es que estamos buscando perfecciones de las que no somos capaces. Eso ocurre porque basamos muchos métodos del sistema educativo en los neuromitos.

Los neuromitos son falsas interpretaciones de la literatura en neurociencia. Por ejemplo:«el niño solo usa el 10 % de su cerebro», «tiene una inteligencia ilimitada». O el mito de los 3 primeros años, según el que habría una ventana de aprendizaje, un periodo crítico que después se pierde para siempre. Estos neuromitos están reconocidos como tales en la literatura científica, no hay debate sobre ello. Sin embargo, cuesta llevar a cabo una buena divulgación científica en el mundo educativo. Aún hay muchos métodos basados en los neuromitos. Por ejemplo, la estimulación temprana es un método que no tiene ninguna base científica. Está basado en una teoría biológica totalmente obsoleta y ha sido condenada por decenas de asociaciones como Neurology y la Academia Americana de Pediatría.

Estamos considerando al niño como un cubo vacío en el que vamos echando conocimientos tal y como si de él mismo no surgiera ningún deseo, ninguna motivación intrínseca. Esto hace que el niño se acostumbre a que se lo den todo hecho.

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