Consta de tres puntos: En el primero el doctor nos infiltrará en la zona a reducir, sobre todo cartucheras, muslos, abdomen, antebrazo, cuello o rodillas, un suero que debilitará las membranas de las células de grasa. En un segundo momento nos aplicarán ultrasonidos que producirán la eclosión de esas células y la grasa se convertirá en líquido oleoso fácilmente extraíble. Será después cuando con una jeringuilla sacarán esa grasa líquida. Si quedara en nuestro organismo alguna pequeña cantidad no hay problema pues lo reabsorbemos y se elimina por el sistema linfático. Sabemos que las células grasas no se regeneran y por tanto este método de eliminación es definitivo.
Su sencillez hace que su precio considerablemente inferior al de otras técnicas que podrían asemejarse como la liposucción. Evidentemente antes de todo este proceso el especialista nos someterá a unas pruebas de rutina para comprobar que no existe ninguna contraindicación para realizárnosla. Además hay otras ventajas que podemos señalar como que no requiere hospitalización, no deja cicatrices importantes, no precisa anestesia. En fin que la hidrolipoclasia es otra de las posibilidades que tenemos en el mercado para reducir esa grasa que no se va con ningún régimen.
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