Efectos secundarios del pescado azul: el mercurio

Por Antiox @joniaconsulting
Existen investigaciones que ligan riegos a la salud con el consumo de pescados con alto contenido graso. Algunos de estos pescados contienen dioxinas, un subproducto de procesos industriales.
También algunos tienen mercurio, que a través de las lluvias llega a TODOS los peces.
Los riesgos del mercurio en el pescado y el marisco dependen de la cantidad de pescado y marisco que coma y los niveles del mercurio en el pescado y el marisco.

El metilmercurio se forma cuando el mercurio elemental se libera al ambiente y se transforma a través de los procesos de metilación en complejos orgánicos. Esta transformación está mediada por la interacción con bacterias y otros microorganismos que viven en el suelo, las aguas y los sedimentos. (Ver esquema adjunto siguiendo la numeración) (1).
Se sabe que el metilmercurio se bioacumula y bioconcentra en la cadena alimenticia. Esto es, la concentración de Mercurio aumenta en los organismos en posición más alta en la cadena alimentaria. De este modo, por ejemplo, y siguiendo la figura adjunta, las concentraciones mercuriales serán progresivamente más elevadas al ir tomando muestras de algas (2), zooplancton (3), peces fitófagos (4), peces depredadores (5) y organismos que comen pescado como patos, garzas (6) o el hombre (7).
La Administración de Alimentos y Drogas (FDA, por sus siglas en inglés) y la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) aconsejan a las mujeres en edad fértil, las mujeres embarazadas, las madres lactantes y los niños pequeños que eviten comer algunos tipos de pescado y que coman pescado y mariscos bajos en mercurio.
El Metil mercurio (orgánico) es la forma química preocupante y puede constituir más del 90% del mercurio total en pescados y mariscos. El pescado y el marisco contienen mercurio como resultado de su presencia natural en el medioambiente y de la contaminación. El metil-mercurio no se acumula por igual en todos los animales sino que depende de su comportamiento alimentario. Los peces depredadores de gran tamaño acumulan niveles más elevados de mercurio a través de la ingesta a lo largo de toda su vida. Las especies depredadoras de gran tamaño son a menudo migratorias y no es posible excluir pescado de aguas particulares donde el historial de los niveles de contaminación por mercurio pudieran ser elevados.
Sólamente en Estados Unidos se vierten 40 toneladas de mercurio anuales en la atmosféra, que la lluvia deposita posteriormente en el agua. Aunque en España no se hable de ello por la relevancia que tiene la industria pesquera en la economía, en otros países las autoridades sanitarias ya han alertado de este problema. En Estados Unidos la EPA (Agencia para la Protección Medioambiental) recomienda a las embarazadas evitar la ingesta de pescado como
atún, pez espada y otros pescados de gran tamaño, ya que el metilmercurio traspasa fácilmente la barrera placentaria).
Entre las especies particularmente contaminadas por este metal pesado resaltan el tiburón, el pez espada, la caballa y otras especies de atunes. Si, por el contrario, el pescado a consumir se encuentra entre los grupos de peces más contaminados de forma natural, entonces no se debería de comer más de una vez a la semana, es decir, unos 150 gramos.
Tienen baja concentración en mercurio los langostinos, el atún enlatado claro, el salmón y muchos peces del grupo de los bacalaos, entre otros.
Referencias
  • http://www.epa.gov/fishadvisories/advice/aviso.htm
  • http://www.ceaccu.org/index.php?option=com_content&task=view&id=213&Itemid=68
  • http://www.monografias.com/trabajos53/impacto-ambiental-mercurio/impacto-ambiental-mercurio.shtml