Ejemplares momentos de la industria del calzado. Elda acaba de vivir las mejores fiestas del mundo, luchemos con la misma tenacidad por nuestro calzado.
Mural realizado por la pintora Cándida López, Candy, que recrea la imagen del conjunto ferial en la ciudad de Elda en 1969, e instalado por AMFI en la fachada del parquin junto a la plaza de la FICIA.
Es necesario que los jóvenes que hoy trabajan en nuestras industrias sepan, y no olviden, el “efecto llamada” que se produjo tras el nacimiento y consolidación de sus Ferias del Calzado. Hoy quizá no sea esa solamente la solución, pero los caminos para alcanzar el progreso no se abren a los inmovilistas o a los mediocres. Hay muchas fórmulas para seguir creciendo, debemos buscarlas y trabajar por ellas.
La ciudad de Elda estaba de moda
La industria del calzado en la comarca en la década de los años 50 pasaba por grandes dificultades, no se vislumbraba un horizonte de progreso, pero todo cambió a partir de 1960.
Elda se destacaba como ciudad de zapato de calidad, especialmente en mujer de alta gama junto con otras especialidades. Sin embargo, cuando las Ferias del Calzado protagonizaron aquel milagro económico, pasamos a superar a los cítricos en los índices económicos de exportación y eso se vio claramente reflejado en el aumento de población, de los 28.380 habitantes del año 1960, se pasó a los 41.511 habitantes en la década siguiente; 53.181 habitantes en 1980, y 54.350 en 1990, prácticamente similares índices de población alcanzados en la actualidad, 34 años después.
Con los datos apuntados podrá el lector hacerse la idea del desarrollo de la ciudad en aquellos años. El Ayuntamiento de Elda planificaba el creciente urbanismo que obligaba la llegada de cientos de personas para trabajar en nuestras empresas, también precisaban vivienda y servicios; restaurantes, cafeterías, comercios de todo tipo y, entre ellos, las mejores marcas del momento.
Elda era moda
Y esto no es una frase hecha, la ciudad competía con la apertura de comercios que ofrecían marcas que solamente se podían adquirir en la capital, Elda era la ciudad cosmopolita que tenía “vida”, muchas personas transitaban asiduamente por la población para observar sus escaparates y realizar sus compras en prendas u otros objetos de moda que no podía encontrar en sus lugares de origen. Naturalmente conseguir un local de planta baja en las calles céntricas de la ciudad era una aventura casi imposible.
Algunos amigos y familiares que viven alejados de nuestra ciudad nos recuerdan con tristeza que Elda era el ejemplo de una ciudad moderna, venían a nuestro pueblo para disfrutar de su aire de modernidad y el constante movimiento de gente por sus calles y sus comercios.
Estímulo a la industria del calzado
Y no solo por la creación de FICIA en 1960. Fue también el Centro Promotor de Exportaciones CEPEX, en 1967, que se erigió como uno de los más firmes aliados de la promoción del zapato español para la exportación. Se creó INESCOP, en 1971, para fomentar la calidad y la investigación. Se reforzó con mayor protagonismo la Agrupación de Fabricantes de Calzado, especialmente de Elda y Petrer, para que el sector comarcal tuviese su liderazgo y su voz.
El mercado español de exportación creció de 15 millones de pares en 1970 a más de 45 millones en 1980.
Después volverían de nuevo tiempos de crisis, pero el sector calzado estaba reforzado por las marcas que ya se consolidaban en los mercados, también por la alta especialización de los trabajadores del sector zapatero en Elda; la calidad se perfilaba como el más importante activo que había que mantener y superar, si ello era posible. Algunas poblaciones zapateras buscaban en Elda a los mejores especialistas, ente ellos a las aparadoras que eran sinónimo de perfeccionistas de un complicado trabajo.
Ejemplos para soñar
No se trata de volver nostálgicamente la vista atrás, NO, la juventud debe saber que el futuro del sector está en sus manos y quizá los ejemplares momentos del aquel pretérito, deben servir para no entrar en el desánimo o la frustración. Lo repito de nuevo, Elda será mientras la industria del calzado de calidad persista en nuestra ciudad. Está claro que no depende solamente de una firme voluntad, hay que luchar de forma permanente y desde todas las instancias. Si hemos perdido liderazgo empresarial, hay que recuperarlo, si el sector en nuestra comarca precisa de una gerencia específica, hay que crearla, si no tenemos una marca reconocida, hay que reconocerla e inscribirla como otros lo han hecho, si de nuevo hay que echar mano de un ente comercial que expanda las cualidades de nuestro zapato al margen de las ferias mundiales, hay que volverlo a crear, somos conscientes de las dificultades, pero a base de observar los que algunos pueblos en Europa han realizado en circunstancias similares, nos obliga a insistir.
Acabamos de pasar las mejores fiestas del mundo, pongamos la misma ilusión, insistencia y capacidad para hacer de nuestra industria del calzado de señora de alta gama, la más admirada y los zapatos fabricados los más buscados del mundo.