Mientras permanece en cama debe hacer movimientos de flexión y extensión con los tobillos de forma frecuente para reducir el riesgo de formación de trombos (coágulos sanguíneos). Después de dos o tres días puede empezar a caminar. El paciente debe andar y probablemente necesite la ayuda de un andador, bastón o muleta durante los primeros días o semanas hasta que se sienta lo suficientemente cómodo para caminar sin ayuda. A los 15 a 20 días, comienza a rehabilitar con un kinesiólogo quien le indicará ejercicios para restaurar la fuerza muscular, corregir la marcha y mantener la movilidad y comenzará a realizar pequeñas caminatas.
Una vez lograda la movilidad completa y la fuerza muscular puede realizar actividades como natación, bicicleta, caminatas o Pilates. No se recomiendan deportes de contacto como fútbol o básquet ni de impacto como tenis, correr o saltar.