Mira cómo la conciencia plena te ayuda a vivir el momento.Si has oído hablar o leído sobre conciencia plena, una forma de meditación, quizá te interese saber cómo practicarla. Obtén información sobre cómo hacer ejercicios de conciencia plena y averigua de qué manera podrían beneficiarte.La conciencia plena es el acto de estar sumamente consciente de lo que experimentas y sientes en cada momento, sin interpretaciones ni opiniones.Pasar demasiado tiempo haciendo planes, resolviendo problemas, fantaseando o teniendo pensamientos negativos o aleatorios puede ser agotador. También puede hacer que seas más propenso a sufrir estrés, ansiedad y síntomas de depresión. Los ejercicios de conciencia plena, en cambio, pueden ayudarte a desviar la atención de este tipo de pensamientos y conectarte con el mundo que te rodea.Hacer ejercicios de conciencia plena puede tener muchos posibles beneficios, como:
- Disminución del estrés, la ansiedad y la depresión
- Disminución de los pensamientos negativos y las distracciones
- Mejora del estado de ánimo
- Prestar atención. La próxima vez que te encuentres con alguien, escucha atentamente lo que te dice. Piensa en el significado y la singularidad de las palabras. Intenta formar el hábito de comprender a los demás y retrasar tus propias valoraciones y críticas.
- Hacer que lo conocido vuelva a ser nuevo. Busca algunos objetos familiares pequeños, como un cepillo de dientes, una manzana o un teléfono celular, en tu casa o la oficina. Analiza los objetos desde una nueva perspectiva. Identifica un detalle nuevo de cada objeto que no hayas percibido antes. A medida que seas más consciente del mundo, es posible que aprecies más las cosas que te rodean.
- Concentrarte en la respiración. Siéntate en un lugar tranquilo con la espalda recta, pero relajado. Siente la respiración a medida que el aire entra y sale del cuerpo. Olvídate de todo lo que te rodea. Presta atención a tus fosas nasales a medida que el aire entra y sale de ellas. Observa cómo tu abdomen se expande y se contrae cada vez que respiras. Cuando tu mente se desvíe, vuelve a concentrarte suavemente en la respiración. No te juzgues. Recuerda que no estás intentando convertirte en nada, como un buen meditador. Simplemente estás tomando conciencia de lo que sucede a tu alrededor, de a una respiración a la vez.
- Activar tus sentidos. Toma una pasa. Siéntate en un lugar tranquilo con la espalda recta, pero relajado. Observa la pasa. Huélela, siéntela e imagínate cómo será comerla. Saboréala y mastícala lentamente. Observa cómo cambia el sabor de la pasa, tu impulso de tragarla, tu respuesta a ese impulso, y cualquier pensamiento o emoción que te surja sobre la marcha. Prestar especial atención a tus sentidos y a la reacción de tu cuerpo con respecto a la pasa puede revelarte información de tu relación con la alimentación y los alimentos.
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