Después de comprobar que las manos andan algo malnutridas, sería interesante ponerse, pues eso, manos a la obra, y empezar a alimentarlas como esperan ser nutridas, como necesitan, como se merecen.
Un buen punto de partida es concienciarse de su capacidad de movilidad máxima, conocerla y trabajarla, eso sí, sin pedirles todavía demasiado esfuerzo.
Para eso sirven los siguientes ejercicios de movilidad de manos, dedos y muñecas, movimientos que también recomiendo como calentamiento antes de realizar esfuerzos de manos más intensos.
Además, igual que cuando ejercitamos la movilidad de los pies, durante la práctica tres constantes son indispensables:
· Buscar el máximo rango de movilidad para cada ejercicio.
· Ser prudente y paciente en la progresión y, sobre todo, en la acumulación de trabajo.
· Mantener la conciencia plena en lo que se está haciendo, sin prisas. Todo ejercicio de movilidad es una oportunidad única para conocer profundamente el cuerpo.
Por último, para el primer y el cuarto ejercicio, algo que puede ayudar a los muy primerizos es empezar trabajando unilateralmente, primero una mano y luego la otra, para darse cuenta de las diferencias de capacidad y habilidad entre ambas. Con el tiempo, se puede practicar con ambas manos a la vez.
1. Flexión y extensión completa
Partiendo de la extensión total de dedos, mano y muñeca –muy importante que la muñeca también lo esté–, empezamos por flexionar –cerrar– los dedos, después la mano –el puño– y, finalmente, la muñeca.
Seguidamente rebobinamos el gesto, extendiendo primero la muñeca, después abriendo el puño y, al final, extendiendo los dedos.
2. Círculos con manos cerradas
Sujetando el antebrazo con la mano contraria con tal de bloquear su rotación –algo que complicaría el ejercicio–, mientras mantenemos dedos y puños totalmente cerrados, realizamos círculos máximos de la muñeca, en ambos sentidos.
3. Círculos con manos abiertas
Sujetando el antebrazo con la mano contraria con tal de bloquear su rotación –algo que complicaría el ejercicio–, mientras mantenemos dedos y puños totalmente abiertos, realizamos círculos máximos de la muñeca, en ambos sentidos.
4. Rotaciones de brazo en carga
Para ir acostumbrando a la mano y la muñeca a cierta compresión al mismo tiempo que hay movimiento, nos apoyaremos sobre éstas mientras nos posicionamos a cuatro patas. En dicha posición, tomando como referencia el codo, alternaremos rotaciones internas y externas del brazo y el antebrazo, tratando de evitar gestos y torsiones exageradas o extrañas con el hombro y el resto del cuerpo.
Una forma de progresar en este ejercicio es separar las rodillas del suelo, manteniendo el cuerpo extendido, lo que aumenta la carga sobre las manos.
He aquí un vídeo con todos los ejercicios y algunas indicaciones:
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