La hiponatremia constituye el trastorno relacionado con el agua o los electrolitos del cuerpo más frecuente, afectando a cerca del 30% de los pacientes hospitalizados. Dicho trastorno, cuya incidencia ha aumentado en los últimos años, se produce cuando se origina un desequilibro entre las concentraciones de sodio y agua en el organismo (concentraciones séricas de sodio inferiores a 135 mmol/l). Así se ha explicado en el Congreso de la Sociedad Española de Endrocrinología y Nutrición, un importante encuentro científico celebrado recientemente y durante el cual los expertos también han señalado que, a diferencia de otras alteraciones hidroelectrolíticas como la deshidratación y a pesar de sus graves consecuencias, la hiponatremia no está bien diagnosticada.
"El carácter inespecífico de los síntomas de la hiponatremia (cansancio, alteraciones de la marcha, caídas, confusión) que se pueden atribuir a otras patologías como depresión o al propio envejecimiento, es uno de los motivos que explican la escasa detección del mismo", explica el doctor Antonio Picó, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital General Universitario de Alicante. A esto se añade, en opinión del doctor Carles Villabona, del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital de Bellvitge en Barcelona, "el que todavía no se ha valorado en su justa medida la importancia de este trastorno. En la mayoría de los casos – explica el doctor Villabona-, la hiponatremia cursa de forma leve a moderada y, por ello, no se le suele prestar atención". No obstante, "incluso las hiponatremias más leves, aparentemente asintomáticas, pueden derivar en un cuadro grave, especialmente en los pacientes de edad avanzada, principal grupo de riesgo", recuerda este especialista.
De hecho, las condiciones propias de los hospitales (restricción de la dieta o aporte de líquidos intravenosos) constituyen en sí un caldo de cultivo para que pacientes que en el momento de ingreso no tenían o presentaban una hiponatremia leve puedan evolucionar a una grave. Así, se ha constatado que el 60% de los pacientes que padece hiponatremia la desarrollan durante su estancia en el hospital.
-Medida rutinaria
Por ello, se insiste en la necesidad de controlar las concentraciones de sodio sérico del paciente tanto en el momento de ingreso hospitalario como durante su estancia en el mismo. "Este valor debe incorporarse a las mediciones rutinarias que se realizan en las analíticas de los pacientes, -precisa el doctor Pico-. Esto permitiría detectar el problema y establecer las medidas oportunas para garantizar su control y evitar sus consecuencias: confusión, pérdida de consciencia, e incluso fallecimiento", así como reducir las estancias hospitalarias y sus costes. Según algunos estudios, se estima que una persona con hiponatremia tiene 60 veces más riesgo de fallecer que una persona con normonatremia.
Pero las recomendaciones de los expertos van más allá del ámbito hospitalario. "La hiponatremia –apunta el doctor Pico- también se produce fuera del hospital, en especial en pacientes de edad avanzada", por lo que la principal recomendación "sería realizar controles analíticos cada tres o seis meses a aquellas personas que reciben diuréticos, ya que pueden producir una alteración del equilibro entre el nivel de agua y sodio".
-Nuevas alternativas
En la actualidad, el tratamiento de la hiponatremia se basa en la restricción de agua o en el aumento del aporte de sodio, "lo que dificulta el control y es muy incómodo para el paciente", subraya el doctor Picó. "No obstante", señala, "en los próximos meses, se dispondrá de un nuevo grupo de medicamentos, el primero de los cuales será Tolvaptán, especialmente indicado para este trastorno y que actúa bloqueando uno de los mecanismos que genera esta alteración: la secreción inadecuada de la hormona antidiurética". "Este fármaco", apunta el doctor Villabona, "viene a cubrir un vacío terapéutico y está avalado por estudios que muestran su papel en el control de la hiponatremia".