Es su principal preocupación desde que su marido, Barack Obama, fue elegido presidente de EEUU. Reducir los elevados índices de obesidad que registra el país se ha convertido casi en una obsesión para Michelle Obama. Empezó cambiando los menús que preparaban los chefs de la Casa Blanca, para introducir más frutas y verduras, supervisó la dieta del colegio al que van sus hijas y lanzó el programa 'Let's move' (A moverse), al que el Gobierno ha destinado unos 1.150 millones de dólares (alrededor de 880 millones de euros).
Pero ahora ha ido un paso más allá en su empeño por mejorar la alimentación de los estadounidenses y, por primera vez, ha dado públicamente su apoyo al plan de una sola compañía, la todopoderosa cadena comercial Wal-Mart, que abastece a los norteamericanos de todo aquello que necesitan (incluidas las armas).
Sin medidas, para 2030 el 90% de los estadounidenses tendrán problemas con la báscula
Wal-Mart ha anunciado un plan de acción por el que, a lo largo de los próximos cinco años, reducirá la sal, las grasas y azúcares de su marca de alimentación -Great Value- y pedirá a los fabricantes que venden en sus establecimientos que también hagan lo mismo. Además, afirma que bajará el precio de las verduras y las frutas.
Dado que esta cadena vende más alimentos que cualquier otra del país, algunos nutricionistas ya se han atrevido a apuntar, en declaraciones recogidas por 'The New York Times', que el impacto de estas medidas sobre la salud será mucho mayor que todas las campañas a favor de una dieta sana, realizadas por la FDA (la Agencia del Medicamento de EEUU). Y Michelle Obama se ha sumado enseguida a la iniciativa, que puede convertirse en su ansiado 'milagro antigrasa'.
No es el primer proyecto de este tipo -de hecho, Nueva York lleva años declarándole la guerra a la sal y las grasas trans y cadenas como Starbucks y Heinz también se han comprometido a hacerlo-, pero quizás sí sea el más ambicioso, dadas las dimensiones y el alcance de Wal-Mart.
"No nos estamos aliando con una compañía. Estamos aliándonos con personas que se han propuesto hacer de este país un lugar más saludable", ha afirmado Sam Kass, el chef de la Casa Blanca y asesor de la primera dama en materia de nutrición. Para 2015, los productos de la marca de Wal-Mart tendrán un 25% menos de sodio, un 10% menos de azúcares y habrán eliminado las grasas 'trans'. Un empeño loable pero que, para algunos, se queda corto. Según cuenta a la prensa estadounidense Michael Jacobson, del Centro para la Ciencia de Interés Público, "lo que más contribuye a la obesidad infantil son los refrescos azucarados y, de eso, la compañía no ha dicho nada".
En el país de las estrellas de Hollywood y el culto al cuerpo, resulta que el 32% de la población padece obesidad y el 65% sobrepeso. Y algunas estadísticas dicen que si no consiguen frenar esa epidemia -que afecta, por otra parte, a todos los países- en las próximas dos décadas, para 2030 puede que el 90% de los ciudadanos tengan problemas con la báscula y, por ende, diabetes, hipertensión y riesgo cardiaco.
-Tras la estela de la OMS
La preocupación por esta epidemia del siglo XXI llega a la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), que esta misma semana ha pedido a los gobiernos que trabajen codo a codo con la industria alimentaria para reducir los anuncios de comidas ricas en grasas para combatir, no sólo la obesidad, sino también enfermedades como la diabetes, que están aumentando la mortalidad en los países pobres, donde no tienen medios para hacer frente a estos trastornos.
La OMS quiere limitar la publicidad de alimentos poco saludables
El doctor Timothy Armstrong, que dirige los programas de la OMS para la promoción de una dieta sana y el ejercicio físico, ha admitido reuniones con las compañías líderes de alimentación como Coca-Cola, Bimbo, Kellogg´s o McDonald´s, entre otras, para elaborar un código de conducta y el compromiso de que no expondrán a los menores de 12 años a anuncios de productos poco saludables, algo que en algunos países, como España, ya está regulado, pero no en otros muchos.
No obstante, "son las propias autoridades sanitarias de cada país quienes deben liderar la lucha contra la obesidad". Según los datos del organismo sanitario, para 2015, de los más de 6.000 millones de personas que hay en el mundo, aproximadamente 2.300 millones de adultos tendrán sobrepeso y 700 millones serán obesos.
-En forma con Jane Fonda
No sólo la alimentación es necesaria para hacer adelgazar a quienes se pasan de kilos. El ejercicio físico también es básico. Y si los jóvenes ya lo practican poco, qué decir de los mayores, cada vez más sedentarios. Pero la actriz Jane Fonda se ha propuesto levantar a estos últimos del sofá. A sus 73 años, la ganadora de un Oscar, vuelve a enfundarse los leggings que la encumbraron en la década de los 80 para grabar unos nuevos vídeos de fitness -con los que batió récords en su día- para la tercera edad.
El objetivo es insipirar a las personas de una cierta edad a volver a sentir sus cuerpos y hacerles saber que, a pesar de tener una cadera nueva o una operación de rodilla o dolores de huesos, pueden hacer algo de ejercicio.
**Publicado en "El Mundo"