Cada año, alrededor de 1.700 personas pierden la vida en accidentes de tráfico y, de ellos, el 20% de entre 10 y 14 años son ciclistas, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT). Las trágicas cifras podrían reducirse, según el Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones en la Infancia de la Asociación Española de Pediatría (AEP), si los usuarios se concienciaran de la importancia de usar el casco como medida de protección eficaz contra las lesiones graves de cabeza. Por este motivo, este Comité ha elaborado una serie de recomendaciones disponibles en la página web www.aeped.es.
Según destaca el doctor Jordi Pou, coordinador de este comité, una parte importante de los menores de entre 5 y 14 años que usan habitualmente la bicicleta no utilizan el casco o lo hacen de forma inadecuada, siendo los adolescentes los que más resistencia ofrecen a llevarlo puesto. A juicio del doctor Pou, esta imprudencia responde a la falta de cultura de su uso así como al desconocimiento de los peligros que atañe circular desprotegido.
No obstante, el casco ha demostrado ser la medida más eficaz para prevenir el riesgo de sufrir lesiones de cabeza. De hecho, según distintas estimaciones, "el uso correcto del mismo reduce el riesgo de lesión craneal y cerebral hasta en un 88% de los casos, y el riesgo de fallecimiento en un 26%", asegura el doctor Pou.
Desde el comité insisten en que el casco debe estar homologado por los organismos competentes y cumplir los requerimientos estándar: ha de ser duradero, de peso reducido, bien ventilado, fácil de quitar y poner y no interferir en la capacidad de oír el ruido del tráfico. Además, debe ofrecer un ángulo de visión de al menos 105º hacia la izquierda y derecha, un ángulo de 25º hacia arriba y de 40º hacia abajo.
Igual o más importante es su correcta colocación, puesto que, a juicio del doctor Pou, "el casco que no protege del traumatismo corre el mismo peligro que si no lo llevara". Según los expertos, el casco debe ir encajado firmemente sobre la parte superior de la cabeza, cubriendo la parte superior de la frente y con las correas y hebillas correctamente ajustadas para impedir que no se mueva.
-El ejemplo de los padres
Para los pediatras, gran parte de la labor preventiva reside en los padres. "Son ellos los que con su ejemplo deben mostrar a sus hijos la necesidad de llevar el casco e iniciar esta labor cuando se empieza a montar en los triciclos o cualquier vehículo o juguete con ruedas. Es importante trasladar a los padres los beneficios de usar el casco y los peligros de no utilizarlo", afirma el doctor Pou, y para ello se considera esencial impulsar programas informativos de ámbito comunitario para fomentar el uso del casco en la infancia y adolescencia. En la web del Comité (http://www.aeped.es/seguridad) se incluyen varios documentos e informaciones que sirven de guía tanto a padres como a educadores sobre los programas educativos que se pueden llevar a cabo.
Asimismo, el comité de seguridad de la AEP considera necesario cambiar la actual legislación, ya que la ley sobre la adaptación de las normas de circulación a la práctica el ciclismo del año 1.999 sólo contempla la obligatoriedad del casco en las vías interurbanas, dejando las rutas urbanas a criterio de los usuarios.