El lema 'fumar puede dañar el esperma y reducir la fertilidad', uno de los que aparece en las cajetillas de tabaco, no es sólo una frase para asustar a los fumadores. No es una amenaza para animarles a dejar el hábito del tabaco, sino una realidad contrastada. Dos estudios recién publicados en 'Human Reproduction' aportan nuevas claves sobre cómo los cigarros disminuyen seriamente las posibilidades de concebir.
Las investigaciones recogen, en primer lugar, que cuando una mujer fuma durante el primer trimestre del embarazo está dañando la fertilidad que tendrá su bebé en el futuro. En concreto, reduce el número de células germinales (las encargadas de formar los óvulos en las mujeres y el semen en hombres) y de células somáticas (las responsables de formar otras partes del cuerpo).
Un equipo del Departamento de Fisiología Reproductiva del Hospital Universitario de Copenhague (Dinamarca) analizó 24 embriones, obtenidos de mujeres que abortaron legalmente entre los días 37 y 68 de embarazo, tomó muestras de sangre y orina de la madre e investigó sobre los hábitos de la mujer en cuanto al tabaco y el alcohol.
Así, vieron que el número de células germinales se había reducido más del 55% en los embriones que procedían de chicas fumadoras y éstos también tenían un 37% menos células somáticas. La reducción de estas células era mayor cuanto más cigarrillos fumaba la embarazada y se notaba más en los niños que en las niñas.
"Dado que las células germinales forman los óvulos y el semen, es lógico que la disminución del número de dichas células tenga efecto en la fertilidad de la descendencia", explica Claus Yding Andersen, uno de los autores del estudio.
"El primer trimestre de embarazo es crucial para el desarrollo de los órganos sexuales del feto. Entre la semana seis y ocho de gestación se empiezan a diferenciar los testículos o los ovarios. Si algo va mal en este periodo, muy sensible a factores externos como el humo del tabaco, influirá en la funcionalidad de las gónadas a largo plazo", añade.
Sin embargo, el investigador deja un poco de esperanza al reconocer que "se desconoce si los hijos de madres fumadoras pueden recuperar estas células con el paso de los años".
Para los científicos, el tabaco es uno de los responsables de la pérdida de la fertilidad que las sociedades han experimentado en los últimos años. Una de cada ocho gestantes fuma, aunque la cifra se va reduciendo poco a poco.
Pero los hombres también tienen su parte de responsabilidad. El segundo trabajo, realizado en el Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Saarland (Alemania), señala que los varones fumadores tienen menos protaminas (proteínas que juegan un papel clave en la formación del semen) que los no fumadores.
Al comparar a 53 chicos que fumaban más de 20 cigarros al día con 63 que no tenían la adicción, los científicos vieron que las concentraciones de estas proteínas eran un 14% más bajas en los primeros que en los segundos y, por tanto, también era menor la calidad del esperma.