La moda del aceite de coco se ha extendido por Internet. Basta con lanzar una búsqueda y entre los primeros resultados ya encontramos titulares sobre los beneficios del aceite de coco para nuestra alimentación y belleza. ¿Pero cómo puede ser un producto repleto de grasas saturadas tan bueno para nuestra salud?.
El coco tiene algunas propiedades beneficiosas, sin embargo su alto contenido en grasas saturadas, como le ocurre al aceite de palma, incrementa el riesgo de sufrir enfermedades del corazón.
Los beneficios del aceite de coco para nuestra salud cardiovascular son escasos, casi nulos. Es una grasa saturada que incrementa los niveles de colesterol total (HDL y LDL), aunque en menor medida que la mantequilla. Si es cierto que tiende a aumentar el colesterol bueno (HDL) más que otras grasas, posiblemente porque el aceite de coco es rico en ácido láurico. Un ácido graso que el cuerpo procesa ligeramente diferente que otras grasas saturadas
Aceite de coco virgen vs refinado
El aceite de coco virgen es aquel que se extrae presionando el líquido de la pulpa del coco para luego separar el aceite. En algunas tiendas y supermercados lo encontramos como aceite de coco virgen extra, huele y sabe a coco. Este producto tiene pequeñas cantidades de antioxidantes que podrían a ayudar en las enfermedades inflamatorias del corazón.
Otra cosa es el aceite de coco refinado, que se obtiene de la pulpa seca del coco que será procesada para que sea blanca y sin olor. La gran mayoría de productos cosméticos y alimentos procesados que usan aceite de coco como ingrediente en realidad usan el refinado. Por tanto es poco probable que te llegues a beneficiar de las propiedades del virgen extra.
Poblaciones tropicales muy saludables porque toman aceite de coco
Ciertas web que promocionan el consumo de aceite de coco argumentan que algunas de las poblaciones más saludables del planeta toman mucho coco. Esto más que informar sería desinformar, ya que no cuentan toda la verdad. No comentan que la dieta de estas poblaciones es muy distinta a la nuestra.
Para algunas poblaciones indigenas de la India, Sri Lanka, Filipinas y la Polinesia el coco es su principal fuente de calorías. Para ellos forma parte de su dieta desde tiempos ancestrales, en efecto, al igual que el pescado, las verduras y otros alimentos bajos en grasa que compensan su consumo.
Si eres capaz de modificar tu dieta de manera que el coco sea tu principal fuente de calorías, lo mismo a ti te funciona también. Sin embargo si piensas seguir comiendo más o menos lo mismo, vas a disparar tus niveles de colesterol.
Aceite de coco vs Aceite de oliva
Lo más sencillo para los que vivimos en Europa es recurrir al aceite de oliva. Es una grasa vegetal no saturada que se adapta muy bien a nuestra dieta. Además está ampliamente demostrado que construye a reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular. Para que te hagas una idea más clara, el de coco es casi un 90% grasa saturada, mientras que el de oliva es menos de un 15% grasa saturada.
Si te gusta el sabor del aceite de coco, lo puede usar para cocinar con moderación. Algunos cocineros lo usan en sustitución de la mantequilla (otra grasa saturada) para darle un toque diferente a sus platos. Si te gusta la cocina india o tailandesa sabrás que la leche de coco es un ingrediente habitual. Sin duda la puedes seguir disfrutando, pero evita su consumo diario.