Investigadores de las Universidades de Haifa y BenGurion en Israel. han detectado cambios hormonales experimentados en un grupo de votantes que se sometieron a estudios clínicos durante las últimas elecciones legislativas celebradas en Israel en 2009, y en quienes el nivel de cortisol era significativamente más alto antes de votar que en condiciones normales. Más conocida como la "hormona del estrés", el cortisol es segregada por el cuerpo cuando la persona se ve bajo presión y le ayuda a afrontar todo tipo de amenazas. Las emociones pueden afectar a los procesos biológicos, que a su vez pueden influir en los procesos de toma decisión. La investigación también mostró que los individuos que estaban a punto de emitir su voto estaban emocionalmente excitados, tanto en términos de efectos positivos como agudeza mental e inspiración, como efectos negativos, con nerviosismo o vergüenza. Los votantes que dijeron que iban a votar a un partido que según las encuestas iba a perder apoyos o no tendría representación en el próximo gobierno, tenían niveles más elevados de cortisol que aquellos que pensaban emitir su voto por una formación que las encuestas predecían que ganaría escaños y tendrían buenas opciones de formar un nuevo ejecutivo. Los investigadores subrayan que sus hallazgos son sólo un primer paso para comprender la relación entre el estrés biológico y el acto de votar. Votar es una experiencia tanto excitante como estresante, psicológica y fisiológicamente. Aún queda por ver si el estrés de la jornada electoral es capaz de alterar la decisión del voto y sus resultados.