Esta correlación por primera vez ha sido comprobada científicamente por un grupo de investigadores universitarios neoyorquinos bajo el auspicio del Instituto Nacional de Salud de EE. UU. El colectivo estaba integrado tanto por médicos y bioquímicos, como psicólogos y sociólogos.
Medían la concentración de los hidrocarburos aromáticos policíclicos en el aire, cerca y dentro de la vivienda de las mujeres embarazadas que participaban en el estudio, siempre que no fueran fumadoras. Luego registraban marcadores específicos de esas sustancias en la sangre de las mamás para repetir esa operación con la sangre de cordón umbilical de los bebés durante el parto.
Varios años más tarde, a 253 madres de la muestra les encuestaron sobre el comportamiento de sus niños. Este último sondeo contenía respuestas sobre si el niño sufría ansiedad, depresión o problemas de atención. Recomiendo leer el articulo (para crecer sano lo mejor es estar expuesto a virus)