Los beneficios que aporta el ajo para la salud son ya de sobra conocidos por todos. Su protagonismo dentro del mundo de la medicina natural va constantemente en “crescendo”, ya sea debido a nuevos estudios publicados acerca de su poder como antioxidante, bien por su gran capacidad para bajar la presión arterial de forma gradual, por su potente efecto antiagregante, muy útil en casos de riesgo de trombosis o en diferentes afectaciones del corazón, bien por su función como bactericida natural y un extenso etcétera que no acabaríamos en muchas páginas más.
Así podríamos estar hablando largo y tendido acerca de esta planta tan especial, pero su mayor inconveniente surge para muchos a la hora de consumirlo, ya que puede resultar de digestión pesada, produciendo ardor de estómago o reflujo gástrico.
Además, a dosis no muy altas, cambia el olor corporal, lo que resulta algo incómodo y poco adecuado hoy en día desde un punto de vista sociocultural.
Es por esta razón que se vuelve complicado introducirlo como complemento diario y menos si recomendamos que se tome crudo, ya que así es como mejor conserva sus propiedades, pero por el contrario aún resulta más indigesto y su sabor repite posteriormente con frecuencia.
Por todo ello el ajo negro se presenta como una gran alternativa, pues no sólo es mucho más suave y elimina todos los inconvenientes mencionados, sino que además supera con creces las bondades del ajo común.
El descubrimiento conllevó cuidadosas investigaciones en Japón durante largo tiempo, previamente a conseguir el llamado hoy ajo negro. El tono oscuro que adquiere no es debido a ningún tipo de tostado, sino que es consecuencia de la fermentación a la que es sometido durante sesenta días, sin añadir ningún aditivo y bajo una temperatura y humedad muy determinadas.
Posteriormente, pasados estos dos meses, los científicos japoneses analizaron como el ajo no sólo había cambiado de color y de sabor sino que también había perdido casi el 97% del aroma tan fuerte responsable de que repita.
Y lo que aún fue más importante es que, al realizar los pertinentes análisis cualitativos, vieron que las propiedades beneficiosas del ajo se multiplicaban de forma sorprendente por diez, y esto sobretodo era debido a que los componentes azufrados que posee se ven potenciados durante el proceso de fermentación.
Desde una vertiente más nutricional y de manera específica las propiedades del ajo más destacadas serían las tres que enumeramos a continuación:
Posee los ocho aminoácidos esenciales de forma equilibrada y de fácil asimilación. Estos aminoácidos son responsables de la formación y reparación de los tejidos previniendo la atrofia muscular, por otro lado regulan los niveles de azúcar y de colesterol en sangre y también colaboran en la lucha contra los radicales libres que nos oxidan día a día.
Estimula las defensas de nuestro sistema inmunológico, actuando como un verdadero antibiótico natural con capacidad tanto antibacteriana como antiviral, antiparasitaria y antifúngica.
Colabora en diversas funciones hepáticas, llevando a cabo una correcta depuración de toxinas y de grasas saturadas acumuladas sobre las paredes venosas y arteriales. Al mismo tiempo que interviene en la producción del L-Glutatión, de gran importancia en la cadena defensiva, así como en la lucha contra diversas enfermedades.
Por todo ello, el consumo habitual de un par o tres dientes de ajo negro al día resulta muy beneficioso para cualquier persona, ya sea como medida preventiva o como ayuda específica.
El momento del día más idóneo para aprovechar al máximo sus bondades es a primeras horas de la mañana, en ayunas, ya que además actúa como estimulante mental y aporta un plus de energía física para afrontar la jornada, sin aportar ningún tipo de cafeína o similares.
Resulta también muy adecuado para personas con problemas respiratorios, por sus propiedades detoxicantes, así como para deportistas que requieren un nivel exigente de calentamiento periódico o bien en general para situaciones de bajo estado de ánimo y de debilidad emocional. Incluso debemos decir que se considera un alimento afrodisíaco, mejorando el deseo sexual tanto en hombres como en mujeres.
Más allá de todo este buen número de beneficios, el ajo negro llama la atención por su sabor tan especial, sorprendentemente delicioso, pues en el paladar crea una curiosa mezcla de matices dulces y salados que le confieren un toque de distinción y exquisitez.
Además su textura también cambia, se vuelve tierno, blando y muy suave, por eso es muy apropiado para untar a modo de paté con tostadas a la hora del desayuno. Aunque, como siempre sucede en la cocina, sus posibilidades gastronómicas pueden convertirse en ilimitadas dentro de la imaginación que desarrollemos cada uno de nosotros.
Sobre el Autor
Belén GARCÍA LÓPEZ
Diplomada en Fisioterapia
Postgrado en Neurología
Graduada en Naturopatía
Homeópata Nutricionista Experta en Macrobiótica