"En el tiempo la enfermedad de Alzheimer termina costando más enfermedades cardíacas, las cuales necesitan mucho gasto en poco tiempo. La enfermedad de Alzheimer genera un gasto no tan alto, pero sí sostenido mucho a lo largo del tiempo", dice el jefe de neurología cognitiva del Instituto Fleni, Ricardo Allegri. Esto es lo que vivió Magdalena Pongracz. Llevaba casi 35 años casada con Miguel, un técnico mecánico de origen húngaro cuando su marido se jubiló y empezó a pasar más tiempo en casa. Ella notó entonces algunas actitudes extrañas. "Por ejemplo, si quería decir lápiz decía 'algo que se necesita para escribir'. O 'tengo frío. Dame eso que sirve para ponerse... una ropa'. Yo no le di demasiada importancia porque creía que era la dificultad de su idioma porque aprendió el castellano siendo ya grande", cuenta Magdalena. Pero en pocos años la situación empeoró y se sumaron problemas de conducta, incontinencia y dificultades para caminar y comer. Magdalena contrató entonces a un enfermero particular que se quedaba las 24 horas y llegaba a costarle 4.000 dólares mensuales, una fortuna para sus ingresos de jubilada. Finalmente tuvo que tomar una decisión drástica: internar a su esposo en un hospital geriátrico a un costo más accesible de 1.000 dólares mensuales. El Alzhéimer que afectó a Miguel es una dolencia que afecta cada vez a más personas en todo el mundo. "Un 2% de los individuos de 60 años tiene la enfermedad y cuando llegamos a los 80 años, un cuarenta por ciento tiene la enfermedad, o sea casi uno de cada tres o uno de cada dos están con la enfermedad. Esto hace que enfermedades que dependen de la edad, como es el Mal de Alzheimer, que eran enfermedades raras antes, ahora pasen a ser enfermedades muy frecuentes", afirma el experto en neurología cognitiva, Ricardo Allegri. La tecnología médica ha avanzado fundamentalmente en el diagnóstico precoz. Pero por ahora no existen métodos para su curación definitiva. Sólo se puede frenar el desarrollo de esta patología. El paciente necesita ayuda para realizar las actividades más sencillas. Además le hace falta la asistencia de un equipo interdisciplinario, en el que, por ejemplo, puede haber musicoterapeutas. El estudio y el tratamiento de esta enfermedad requiere grandes gastos presupuestarios. Y la crisis financiera solo ha empeorado la situación, sobre todo teniendo en cuenta que el envejecimiento de la población mundial conlleva el crecimiento del número de afectados por este mal. En paises como Francia la lucha contra esta dolencia se considera una prioridad en cuestiones de salud pública. En el caso de España, la Asociación de Enfermos de Alzhéimer denunció recientemente que en los últimos años ha visto disminuir de manera notable las subvenciones, lo que la obligó también a reducir sus servicios. Pero en ningún país de Latinoamérica existe hasta el momento un plan específico para avanzar en el diagnóstico y el tratamiento. En la Argentina los pacientes tienen acceso a atención médica gratuita. Pero su número excede las capacidades de los centros especializados, por lo cual, quienes pueden hacerlo, prefieren pagar a un centro privado. En este país la asistencia a un enfermo de Alzheimer cuesta desde 4.000 dólares anuales al comienzo, hasta los 12.000 en la fase terminal. Y a diferencia de otras patologías, se trata de un mal que afecta más a la calidad de vida que a la esperanza de vida del afectado. Por lo tanto los Gobiernos de la región iberoamericana deben comenzar a tener en cuenta esta amenaza que se cierne sobre todos. Fuente: actualidad.rt.com
"En el tiempo la enfermedad de Alzheimer termina costando más enfermedades cardíacas, las cuales necesitan mucho gasto en poco tiempo. La enfermedad de Alzheimer genera un gasto no tan alto, pero sí sostenido mucho a lo largo del tiempo", dice el jefe de neurología cognitiva del Instituto Fleni, Ricardo Allegri. Esto es lo que vivió Magdalena Pongracz. Llevaba casi 35 años casada con Miguel, un técnico mecánico de origen húngaro cuando su marido se jubiló y empezó a pasar más tiempo en casa. Ella notó entonces algunas actitudes extrañas. "Por ejemplo, si quería decir lápiz decía 'algo que se necesita para escribir'. O 'tengo frío. Dame eso que sirve para ponerse... una ropa'. Yo no le di demasiada importancia porque creía que era la dificultad de su idioma porque aprendió el castellano siendo ya grande", cuenta Magdalena. Pero en pocos años la situación empeoró y se sumaron problemas de conducta, incontinencia y dificultades para caminar y comer. Magdalena contrató entonces a un enfermero particular que se quedaba las 24 horas y llegaba a costarle 4.000 dólares mensuales, una fortuna para sus ingresos de jubilada. Finalmente tuvo que tomar una decisión drástica: internar a su esposo en un hospital geriátrico a un costo más accesible de 1.000 dólares mensuales. El Alzhéimer que afectó a Miguel es una dolencia que afecta cada vez a más personas en todo el mundo. "Un 2% de los individuos de 60 años tiene la enfermedad y cuando llegamos a los 80 años, un cuarenta por ciento tiene la enfermedad, o sea casi uno de cada tres o uno de cada dos están con la enfermedad. Esto hace que enfermedades que dependen de la edad, como es el Mal de Alzheimer, que eran enfermedades raras antes, ahora pasen a ser enfermedades muy frecuentes", afirma el experto en neurología cognitiva, Ricardo Allegri. La tecnología médica ha avanzado fundamentalmente en el diagnóstico precoz. Pero por ahora no existen métodos para su curación definitiva. Sólo se puede frenar el desarrollo de esta patología. El paciente necesita ayuda para realizar las actividades más sencillas. Además le hace falta la asistencia de un equipo interdisciplinario, en el que, por ejemplo, puede haber musicoterapeutas. El estudio y el tratamiento de esta enfermedad requiere grandes gastos presupuestarios. Y la crisis financiera solo ha empeorado la situación, sobre todo teniendo en cuenta que el envejecimiento de la población mundial conlleva el crecimiento del número de afectados por este mal. En paises como Francia la lucha contra esta dolencia se considera una prioridad en cuestiones de salud pública. En el caso de España, la Asociación de Enfermos de Alzhéimer denunció recientemente que en los últimos años ha visto disminuir de manera notable las subvenciones, lo que la obligó también a reducir sus servicios. Pero en ningún país de Latinoamérica existe hasta el momento un plan específico para avanzar en el diagnóstico y el tratamiento. En la Argentina los pacientes tienen acceso a atención médica gratuita. Pero su número excede las capacidades de los centros especializados, por lo cual, quienes pueden hacerlo, prefieren pagar a un centro privado. En este país la asistencia a un enfermo de Alzheimer cuesta desde 4.000 dólares anuales al comienzo, hasta los 12.000 en la fase terminal. Y a diferencia de otras patologías, se trata de un mal que afecta más a la calidad de vida que a la esperanza de vida del afectado. Por lo tanto los Gobiernos de la región iberoamericana deben comenzar a tener en cuenta esta amenaza que se cierne sobre todos. Fuente: actualidad.rt.com