No nos vamos a engañar, siempre he sido de anillo grande y, es más, creo en toda mi colección sólo dos o tres piezas son pequeñas. Hoy, os quiero enseñar uno de mis grandes secretos: los anillos con líquido. Aviso, este no es más que el primero de una extensa colección que os iré mostrando poco a poco.
Para mí es uno de mis grandes secretos porque siempre que llevo este tipo de anillos todo el mundo me pregunta dónde los he comprado. Pues bien, este tan mono es de la firma Pylones (una marca que apuesta por el color pero que, sin embargo, no sé por qué extraña razón a mí no me va mucho. Salvo en el caso de los anillos, claro)
Lo he llamado el anillo de la Princesa Mala porque me suelen decir que el líquido verde parece veneno. Esto sólo refleja una cosa, con el paso del tiempo no ha perdido ni un ápice de color y mantiene ese verde intenso. Y tiene aproximadamente diez años.
La semiesfera es de cristal, pero puedes moverte con total tranquilidad. Yo lo he golpeado varias veces sin querer y es duro como las piedras. Así que, si tenías miedo y no te lo comprabas por esto, anímate porque no vas a mancharte la ropa de verde.
Hay una pega, efectivamente, todo tiene un pequeño “pero”. El anillo puede regularse de tamaño y adaptarse a tu dedo pero debo decirte que es una tarea muy complicada. Lo mejor es que te compres uno que se adapte lo máximo posible a tu tamaño, es un consejo. Ajustarlo no es fácil.
Su precio es de 20€ y puedes comprarlo en la tienda on line de PYLONES que está en Francia.
Este modelo me lo compré en la tienda O2 de Madrid
Como puedes comprobar, pequeño no es
Aunque no se ve en la imagen, puedes regularlo por la zona de las semiesfera
Aunque es de cristal, aguanta bastante bien los golpes