Written by valedeoro // 02/09/2011 // solidaridad // No comments
La tarjeta es para ti
La principal diferencia entre tarjetas y cartas es la profundidad de la comunicación y la intención (aunque inconsciente). Las tarjetas del destino vacacional con sus imágenes exuberantes de playa, museos o monumentos raramente incluyen más información que el catálogo de la agencia de viaje. Sobre todo sirven para mostrar al mundo que tú estás contento y de vacaciones. Por el hecho de que cualquiera puede leer el contenido, tampoco conviene poner nada demasiado personal. No querrás que la pareja de tu mejor amiga se entere de vuestros secretos. Así que se queda en un feliz saludo vacacional, saludos por el cumpleaños o la boda, pero sin demasiado compromiso
La carta está pensada para la otra persona
La carta es diferente. Escrita a mano, quizás en papel de carta y con aquella pluma especial solo para cartas (y firmas importantes), la carta respira dedicación. El acto de poner el papel en la mesa, empezar a relatar hechos, ideas, alegrías, tristezas, anhelos, sueños y recuerdos tiene algo casi sagrado. Intentas escribir con la mayor claridad caligráfica posible, ya que tantas horas en el ordenador han deteriorado tu letra. Por el simple hecho de escribir más lento y consciente de que no podrás borrar tus palabras (sin dejar manchas por lo menos), te lo tomas con más calma. Sea lo que quieras contar, lo haces pausadamente, pensando en cuál es la mejor forma de expresar tus pensamientos a la otra persona. El simple acto de escribir a mano te ayuda a poner en orden tus propios pensamientos y a expresar todavía mejor lo que intentas decir para asegurarte que la otra persona pueda entenderte.
¿A quién quieres escribir hoy?
Una carta escrita a mano muestra que te preocupas por la otra persona, muestra que esa persona te importa mucho. Puede aclarar malentendimientos sin que tus palabras se apaguen entre sollozos, puede dar apoyo a pesar de la distancia física y puede hasta aliviar la agonía de una enfermedad grave. Tu a cambio sentirás la satisfacción de haber contribuido a que el mundo sea un lugar un poco más bello para la persona que reciba tu carta.
Este fin de semana: encuentra un rincón tranquilo y escribe una carta para un ser querido. Una carta de amor, de perdón, de reflexión, de sueños. Y el lunes, entrégala en el correo, aunque la persona viva en tu propia casa. No hay nada como recibir una carta de verdad.
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