por José Ernesto González Mosquera
De sorpresa tomó a todos la noticia de la inclusión, casi a última hora, en el 23 Festival Internacional de Ballet de La Habana de un solo a cargo de una de las figuras más importantes de Cuba en el mundo de la danza a nivel mundial.
No necesita presentación… Carlos Acosta es de esos bailarines que han logrado trascender por su calidad técnica, interpretativa y coreográfica, desdoblándose más allá de la danza clásica y asumiendo nuevos estilos y tendencias en este arte.
A pesar de su juventud ha cosechado el favor del público y la crítica especializada, presentándose con importantes compañías en los más míticos escenarios del orbe.
Sus inicios con el Ballet Nacional de Cuba, del que llegó a ser Primer bailarín, así como su periplo por el English National Ballet, el Houston Ballet y últimamente The Royal Ballet, siendo hoy día Bailarín Principal Invitado; moldearon su estilo dotándolo de un dinamismo mayor y una libertad danzaria que pareciera no conocer límites.
Durante esta edición de la cita cimera con la danza en Cuba, Acosta deslumbró con Memoria, un solo que transgrede toda lógica al bailar; con una ejecución puramente contemporánea, pletórica de cambios rítmicos en un baile estrictamente físico y trepidante en la combinación de los pasos y la interpretación.
Acerca de Memoria comentó: “es una obra del joven coreógrafo cubano Miguel Altunaga. En su concepción viene a marcar la evolución de un artista con su lógica consecuente en contrapartida de lo clásico, con lo que se comienza. Ofrece una mayor libertad pues no compite con el artista que solías ser”.
El solo, de estreno en La Habana, puesto que ya fue visto durante la gira que diera hace algún tiempo junto a la Primera Bailarina del Ballet Nacional de Cuba Viengsay Valdés por diferentes provincias del país, “es un intento por mostrar lo nuevo; intentar no repetir lo que ya se hizo”, afirmó.
Asegura que “se debe ofrecer lo más nuevo en cuanto información, todo lo que se aprende para hacer partícipe al público de mi evolución como artista y persona, y que el público crezca con uno”.
Acerca de la comunión de artistas de diferentes latitudes en estos días de festival expresó que todos aquellos que están fuera de Cuba debieran hacerlo; “no sólo Jose Manuel (Carreño) o yo debiéramos hacerlo, sino todos aquellos formados en nuestra escuela. Es importante unirnos para crecer. Las fricciones que hayan surgidos deben olvidarse, hay que limar el pasado para poder ser mejores mañana”.
En estos momentos la carrera de Carlos Acosta se debate entre la creación de una nueva versión coreográfica del clásico Don Quijote para el Royal Ballet de Londres, de la que adelantó será un poco más fresca con movimientos clásicos y la introducción de movimientos contemporáneos más libres, respetando la versión original ante todo. Se prevé estrenar para año próximo este ballet, ausente del repertorio de la compañía inglesa desde hace 10 años. Asimismo se encuentra inmerso en la producción del musical Guys and dolls que verá la luz en agosto próximo.
Para finalizar comentó un poco su sentir acerca de la salud del ballet en la Isla: “pienso que necesita renovarse; no significa dejar los clásicos sino proyectarse un poco más hacia las nuevas tendencias que están surgiendo hoy en día, para mostrar un diapasón más amplio en su repertorio”.