En la foto se lo puede ver exhibido en el Museo del Automóvil Carlo Biscaretti di Ruffia de la ciudad italiana de Turín. Fue donado por la condesa Lisseta, esposa del conde Trossi. Éste falleció en el año 1949 y fue él que financió el proyecto de este auto de carrera con motor de avión que se conoció como Mónaco-Trossi.
Era tan inestable que no llegó a competir en ninguna prueba. La distribución de pesos, 75% en el eje delantero y 25% en el eje trasero, lo hacían ingobernable. Se lo inscribió en el Gran Premio de Monza del año 1935, pero no llegó a largar. La fotografía fue tomada de la revista Parabrisas número 29 del mes de abril de 1963.
Mauricio UldaneEditor de Archivo de autos
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