El ayuno sagrado

Por Lasnuevemusas @semanario9musas

Solo una cosa te pide Dios ...

A lo largo de la historia muchas ciencias se han preguntado, ¿qué es el Hombre?, y junto a este cuestionamiento vienen las tres preguntas fundamentales, ¿quién soy, de dónde vengo y a dónde voy?, interrogaciones que han sido respondidas desde diversas áreas y la cuales se han convertido en la raíz de infinidad de tratados e investigaciones.

Por ejemplo, Albert Camus dice el hombre es la única criatura que rechaza ser lo que es; Cicerón decía, el hombre es como el vino agría al malo y mejora a los buenos; para , el hombre es un lobo para el hombre, y así podemos encontrar infinidad de frases y textos interesantes, sin embargo, no responden ni conducen a algo más allá de un idealismo o reflexión filosófica. Por otra parte, para la ciencia el Hombre es un conjunto de átomos, de energía y para religiones como el hinduismo es un ser creado de estrellas, sin embargo, nuevamente las respuestas no satisfacen ni llegan a responder ¿qué es el Hombre?, porque el Ser Humano es algo más que un cuerpo, algo más allá de un espíritu, algo completamente distinto a lo que se entiende como ser.

La religión dice que el Hombre es imagen de D/os y semejante a Él, y que a través de sus diferentes nombres en donde se resaltan sus atributos divinos podemos entender que el ser humano es un reflejo de cada uno de ellos y a la vez nada, porque en el momento de sentirlos lo somos, pero en ese mismo instante se desvanece. D/os nos dice - אֶהְיֶה אֲשֶׁר אֶהְיֶה, - Ehyeh Asher Ehyeh-, Yo Soy el que Soy, el que fui, el que seré, es decir, el presente, el pasado y el futuro, pero nuevamente nos sumergimos en el Misterio, entendiendo que el punto central objetivo y subjetivo del ser humano es ser parte del Misterio divino.

Dentro de la mística se entiende que el ser humano vive en dos compases, uno regido por la Vida y guiado por Cronos -el tiempo- y el otro dirigido por la Existencia y guiado por Kayros -la eternidad- A partir de aquí se concibe el valor de la dualidad, siendo su misión retornarnos al Uno, por medio del conocimiento que se encuentra en nuestro cerebro a través de los dos hemisferios.

El hemisferio derecho pertenece a la Existencia y el hemisferio izquierdo a la Vida. A partir de aquí se comprende que existen órganos que fortalecen la Vida y otros que profundizan en la Existencia. Este conocimiento dado desde la antigüedad se halla en los Libros Sagrados, por ejemplo, los principales órganos de la Existencia son; el corazón, los ojos, la boca, los genitales, y los órganos centrales de la Vida son: el estómago, la nariz, los riñones, la lengua, y existe un órgano central que es el oído.

Aunado a ello, están los siete lenguajes distribuidos a través de una triada divina relacionada con el proceso divino la Palabra, la Escucha y el Silencio, los cuales se van manifestando y entrelazando entre la Vida y la Existencia teniendo la función de Crear (Palabra), Conservar (Escucha) y Destruir (Silencio), como lo menciona la Trimurti; desde el sentido místico de destruir no significa acabar con algo, sino vaciarse para llenarse de nuevo.

Cada uno de estos siete lenguajes, chakras, moradas como han sido llamados a lo largo del tiempo son hogares donde cada esencia que forma al Hombre habita dentro del llamado Reino de D/os, tenemos:

Después de analizar este cuadro podemos percibir de manera breve como el Yo se va entrejiendo entre la Vida y la Existencia, y como este conocimiento lleva a sanar.

Este conocimiento antiguo se encuentra en todos los Libros Sagrados, siendo el Ayurveda el más conocido, y a través del cual se comprende la importancia de la dualidad, de lo femenino y lo masculino, dando sentido a la Unidad. El Hombre al dividirse experimenta la Vida fuera de la Existencia, ante ello enferma, porque se separa de su unidad, por lo que su misión utópica es reenconcontrar y sanar esta separación conforme va viviendo cada día, sin embargo, en su recorrido se distrae, desea más de lo que necesita y deja de escuchar tanto a la Vida como a la Existencia, ensordece y da comienzo a un periodo de muerte correspondiente a cada uno de los lenguajes, provocando asedia, es decir, esa tristeza corporal-espiritual que lleva al ser humano a perderse, a hundirse, a enfermar en todos los sentidos: Por ejemplo dentro del Nuevo Testamento la personificación de esto es Lázaro quien es un Nefesh Met - un aliento de vida sin existencia, quien resucita cuando escucha a Jesús, es decir, cuando escucha el sentido de su existencia, cuando entrelaza todo lo que es, cuando ayuna de sí mismo para vaciarse y regresar a D/os.

El ser humano necesita cada determinado momento vaciarse, sanarse a sí mismo, escuchar su palabra para ser Silencio, necesita conocerse, tener claro quien es iniciando con su cuerpo, porque sólo a través del vaciamiento del cuerpo, el vaciamiento de los otros lenguajes se irá fortaleciendo. Es así que toma sentido la importancia del ayuno del cual hablan las cinco grandes religiones.

El hambre se cura, porque el hambre corporal conduce a escuchar a las otras variedades de hambre correspondientes a cada lenguaje, y porque todo lo que es escuchado sana.

El ayuno tiene un sentido sagrado, siendo su principal motivo reeconcontrar al hombre consigo mismo, y a partir de ello con su semejante y con D/os. Dejar de comer hace que el ser humano penetre en sí mismo, contemple su interior y el exterior de manera circular, retornando la misericordia siendo su misión final fortalecer el espíritu del ser humano, porque cuando una persona logra llenar sus lenguajes con el de la espiritualidad fortalecerá cada uno de ellos.

Cuando se deja de comer y beber agua, el cuerpo arde, se provoca a sí mismo un tipo de fiebre que hace despertar a los órganos, el cuerpo necesita alimentarse e hidratarse, entonces el ardor del cuerpo busca, esto provoca que los órganos y sus sistemas se despierten, trabajen, tomen lo necesario y expulsen lo que estaba rezagado y escondido. Este ardor del cuerpo, desde la mística se interpreta como la purificación del fuego de D/os que entra en el interior del ser humano.

El ayuno del que hablan las diversas religiones dura de 30 a 40 días, y pide al ser humano convertirse en un desierto, en un lugar vacío, pero para ser un desierto primero se debe entenderlo y amarlo. El desierto es uno de los lugares más misteriores que existen, de manera semejante a lo que es el ser humano y D/os, el desierto tiene vida, pero sobre todo existencia, en el desierto se necesita silencio para poder recorrerlo, y esto implica saber escuchar cada Palabra manifestada no sólo con la voz sino a través de otros vocablos.

El ayuno de comida y agua, es un lenguaje, una manera en la que D/os le habla al Hombre y cura cada uno de sus lenguajes, es un momento en donde D/os se acerca al Hombre y le pide Escuchar atentamente su Palabra porque después de ello guardará Silencio. En el ayuno D/os le habla al hombre a través de su cuerpo, en ese ardor que lo lleva a inspeccionar en todo lo que es y recorrerse, enseñandole a sanarse a sí mismo, y al mismo tiempo a sanar a los demás teniendo como principio la empatía, es decir la misericordia, porque cuando se ha tenido hambre y sed corporal, emocional-sentimental, instintiva, sensorial, intelectual, sexual y espiritual, será dificil juzgar.

El ayuno es un acto sagrado, por ello, en el budismo es un acto interminente que tiene como principio el autocontrol y el autoconocimiento. El ayuno otorga sentido a la renunciación, la cual es fundamental para quien busca el camino de la iluminación, como lo deja ver el cánon Pali.

A través de las enseñanzas de Buda se sabe que el ayuno mejoraba la salud como principio y este llevaba a una espiritualidad profunda, ya que éste enseña a tomar de la vida lo necesario para entrejerse con la existencia, el ayuno enseña al Hombre a que todo lo que es tomado a causa del deseo sin tener la necesidad de ello, perjudicará. Es así que comer para el budista es un acto sagrado porque solo se pone en un recipiente lo necesario y se come en Silencio para comprender que cada morada o lenguaje del ser humano, también necesita unicamente lo suficiente.

En el hinduismo el ayuno el cual está descrito en los , Bhagavad-gītā y los se describe como un acto de autocontrol, de respeto a la vida y de encuentro con la divinidad a través de escuchar el cuerpo, porque cuando el cuerpo tiene hambre y sed, éste es escuchado por el alma-mente y por el espíritu reconectando el dialogo.

El ayuno para el judaísmo se relaciona con accciones que también realiza el cristianismo y el islam, donde el ayuno no sólo es de comida sino que se relaciona con el comportamiento de cada uno de los lenguajes, porque a diferencia del budismo e hinduismo donde se trata de fortalecer el autocontrol, en las religiones del Libro tiene su fundamento en el vaciamiento del ser para reencontrarse con D/os, porque el ayuno es ese espacio-momento que D/os pide al ser humano para dialogar con él.

Los judíos ayunan particularmente en la celebración del Yom Kippur, o día del perdón basándose en lo escrito en el libro del Levítico, en donde se resalta que la abstinencia del alimento, bebida y relaciones sexuales, hacen al ser humano un desierto donde no existe un lugar para esconderse de D/os a diferencia del jardín del Edén, al ser un desierto el Hombre está libre de tapujos ante D/os.

El cristianismo pide ayunar durante los 40 días que Jesús pasó en el desierto, bajo la consigna de vaciarse, de ser ese desierto donde D/os se establezca, donde no exista ningún árbol donde el ser humano pueda esconderse, donde el hambre y la sed hagan acercarse al ser humano a D/os desde la más profunda de sus verdades.

En el islam, se vive el sagrado ayuno del mes de Ramadán, en donde se recuerda que durante este periodo el ángel Gabriel reveló el Sagrado Corán al profeta Muhammad. El ayuno se guarda a partir de la primera luz del día hasta el anochecer, pide no comer, no beber, no tener relaciones sexuales, no hablar mal de las personas, no contar chismes, no juzgar, no perder el tiempo, no dormir en exceso, no fumar durante 30 días, no ignorar al que sufre, es un ayuno que cimenta el ayuno de los siete lenguajes, es un ayuno que se fortalece con la relación de D/os con el ser humano, a través de una sanación física, emocional, mental, psicológica, racional, sexual y espiritual. El ayuno del mes de Ramadán es quizá el ayuno mas fuerte que existe dentro de las cinco grandes religiones, es un ayuno que se relaciona por completo con el trabajo interior, ético-moral y social, porque este ayuno enseña que dentro de toda el hambre que puede tener una persona el hambre y la sed de D/os es la que debe de ser saciada cada día a través de escuchar la palabra de D/os en Silencio.

El ayuno limpia cada lenguaje, otorga un conocimiento de lo que es el Hombre a partir de sumergirlo en sí mismo, porque sólo quien ha sentido hambre y sed de sí mismo puede sentir hambre y sed de D/os.

El ayuno hace al hombre redimirse y en ese momento como menciona Einstein lo hace semejante a él, porque el hombre es grande solo cuando está de rodillas.

Vivir el ayuno conduce al hombre a entrelazar su vida con la existencia y con ello a entender que la muerte es sólo un ayuno de Tiempo que conduce a la Eternidad.

El ayuno enseña como menciona el sabio del islam Amr ElWardany

Que no es el pan lo que elimina el hambre... sino la Palabra de Allah

Que no es el agua lo que elimina la sed... sino la Escucha de Allah

Que no es la riqueza y el conocimiento lo que otorga salud y sabiduría... sino el Silencio de Allah

y si sólo una cosa pide Allah al ser humano... Ayunar