Este hallazgo evidenciado por el Instituto
Politécnico de Rensselaer publicado hoy en las Actas de la Academia Nacional de
Ciencias, explica el envejecimiento mental prematuro que sigue al shock séptico
y puede arrojar luz sobre la pérdida de memoria en otras enfermedades. El
Estudio utilizo una muestra de orina para verificar las concentraciones de un
tipo de azúcar, los glicosaminoglicanos, que normalmente cubren las células que
recubren los vasos sanguíneos y otras superficies internas del cuerpo. En el
shock séptico, el cuerpo arroja fragmentos de estos azúcares, y el equipo
encontró que las concentraciones más altas auguran la muerte. La prueba se usa
en entornos clínicos , y la información ha ayudado a los médicos a buscar
terapias más efectivas.. La investigación mostró que, durante el shock séptico,
los fragmentos de sulfato de heparán y azúcar cruzaron la barrera
hematoencefálica y entraron en el hipocampo, una región del cerebro crítica
para la memoria y la función cognitiva. La evidencia indicó que el sulfato de
heparán podría estar vinculado con el factor neurotrófico derivado del cerebro
(BDNF), que es crítico para la potenciación a largo plazo del hipocampo, un
proceso responsable de la formación de la memoria espacial.