Es un dispositivo, seguro y eficaz para el tratamiento de la obesidad, logra la reducción de peso sin mortalidad y con tasas de morbilidad muy bajas incluso en pacientes no hospitalizados, según ha demostrado un estudio realizado por el Servicio de Aparato Digestivo y Endoscopia del Hospital Universitario Sanchinarro, en Madrid, y publicado en Obesity Surgery Journal. Este evaluo a 714 pacientes, a los que se les implantaron uno o dos balones intragástricos, inflados bajo la visión directa del endoscopio con solución salina (600-700 mililitros) y azul de metileno (10 mililitros). La intubación se realizó en pacientes con un índice de masa corporal superior a 40 kg/m2 afectados por apnea del sueño o enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Al cabo de seis meses, los pacientes perdieron alrededor de 23 kilos y el balón fue eliminado y los pacientes fueron "liberados" con terapia farmacológica y una dieta de 1.000 kilocalorías, el 95% de los pacientes solo presentaron náuseas, vómitos y calambres epigástricos durante los cuatro o cinco primeros días. En cuanto al futuro, podemos ir adelantando que para el año que viene quizás empiecen a aparecer diferentes modelos de dispositivos intragástricos.