El café nos ayuda a leer mejor, a estar más concentrados en la lectura y detectar errores gramaticales durante una lectura rápida.
A partir de ahora valoraremos mucho más esos momentos que dedicamos a tomarnos una buena taza de café o té. Aparte de ser un momento de relax, en el que muchas veces aprovechamos para leer el periódico, una revista o un buen libro; la ingesta de esa taza puede aportarnos mucho más en nuestro día a día.
Como efectos positivos destacaríamos:
- aumenta el riego coronario
- ejerce acción vasodilatadora
- es diurético
- disminuye la sensación de fatiga
- aumenta la capacidad de procesamiento y concentración mental
- disminuye la sensación de somnolencia.
Como negativos:
- irritabilidad
- tensión
- ansiedad
- nerviosismo
- temblores
- dependencia de la dosis mínima diaria.
Y para acabar citamos al filósofo Antonio Escohotado, especialista en drogas y adicciones, que en su libro “Historia de las drogas”, escribe el siguiente párrafo:
“Calculando que la cafeína posee unas diez veces menos actividad que la cocaína, y que el litro de café concentrado equivale a unos diez gramos de cafeína, esas personas [las que beben más de un litro diario de café] están consumiendo al día dosis equivalentes a un gramo de cocaína, cantidad poco compatible con la salud de casi nadie”.
Con lo cual llegamos a la conclusión, que todo puede ser bueno en su justa medida y perjudicial en exceso.