El camino del héroe: la noche oscura del alma (4)

Por Paulo Mesa @paucemeher

No todo en el camino del héroe son laureles, pruebas superadas y triunfos. También están presentes los momentos de desesperación, tristeza, soledad y confusión. El héroe se tiene que medir por sí solo a las pruebas y a la incertidumbre de verse vulnerable, enfrentando lo que se conoce como: la noche oscura del alma.

De qué se trata

La idea de la "noche oscura del alma" se debe al místico y poeta español San Juan de la Cruz (1541 - 1597). Se refiere básicamente al viaje espiritual que hace el alma para su encuentro con Dios y las pruebas que debe superar para alcanzar su destino. No obstante, para los fines de nuestro camino heroico, entendemos la noche oscura como un periodo de transformación, aprendizaje y pruebas dentro de la alquimia personal que nos lleva al crecimiento. Es una situación que por lo general dura un cierto tiempo; no se trata de un evento corto o aislado.

La oscuridad es ausencia de luz. La noche oscura del alma es precisamente la presencia de un bache en la consciencia, un bache en la comprensión que tenemos en general de la vida o es también el enfrentamiento con una realidad que es nueva y que estamos en proceso de asimilar. Una cosa es el plan que tenemos, lo que queremos que pase y lo que creemos que vendrá, y otra muy distinta es el desenlace paulatino de los pasos que damos. Esta contradicción y el riesgo de sentirnos incapaces de superarla, es lo que nos da la sensación de afrontar una "noche oscura del alma".

Es comer el lodo

En esta etapa del camino heroico es cuando quizás experimentamos más dudas sobre nuestra valía personal, sobre nuestra capacidad real para hacer frente a las cosas, dudas sobre si la decisión que tomamos en realidad fue buena o si hubiera sido mejor quedarnos donde estábamos.

En la noche oscura del alma empezamos a flaquear, a sentir que tal vez sea mejor devolvernos en vez de aventurarnos a ese nuevo mundo hostil, lleno de pruebas y en el que estamos en permanente peligro de perdernos a nosotros mismos o de morir. Acá la muerte no se refiere solo al literal fallecimiento del cuerpo, sino a la muerte de la idea que tenemos sobre nosotros mismos y sobre el mundo que nos rodea (sentido de identidad) ¿Si eso se acaba entonces qué seremos? ¿En qué nos convertiremos? En las respuestas a estas preguntas está precisamente la simiente del surgimiento del héroe.

Es un reto en sí mismo

La noche oscura es un conjunto de pruebas y nos corresponde pasar despacio por ellas, encontrar "el maestro" que nos traen y confiar en que tenemos los recursos para superarlas.

¿Te acuerdas de esas situaciones tormentosas y difíciles que has podido superar? Esa bancarrota, el dinero que se iba, pero no llegaba; esa amenaza permanente, un proyecto que no salía bien, la presión de las circunstancias, los proyectos que no prosperaban, ese proceso legal que llevaría tu vida a pique, ese trabajo detestable que te secaba el alma, ese amor imposible, esa nube negra que parecía rodear tu cabeza... ¿Quién eres tú ahora después de haber vivido eso? ¿En quién te convertiste? ¿Qué has aprendido?

La noche oscura transforma tu espíritu y tu manera de ver el mundo. Hay quienes llaman a eso: experiencia. Estas circunstancias nos ponen contra las cuerdas e invariablemente nos dan la lección de que no siempre las cosas son como parecen y la vida no tiene por qué funcionar como "creemos que funciona". Conocemos desde seres perversos y verdaderos demonios, hasta ángeles ocultos de quienes menos esperábamos ayuda.

Por eso hay que ser reiterativos en lo siguiente: la noche oscura del alma no es algo que nos pasa y ya, no es algo que se resuelva con bonitas frases "positivas" de librito de auto-ayuda, tomando "una copa" o yendo de shopping; la noche oscura es un proceso espiritual que nos demanda activar la "consciencia despierta" para traer la luz hacia esos puntos donde no se ve en absoluto y donde parece que no hay nada.

Hay noches oscuras que trascendemos, pero hay otras en las que nos quedamos. Hay quienes quieren quemar el mundo solo porque no han sido capaces de superar su noche oscura: simplemente viven en ella. El materialismo actual es un eficaz caldo de cultivo para hundirnos en el fango. Nos tomamos la pastilla para la fiebre, pero la infección sigue ahí; no nos hemos detenido a presenciar qué es lo que nos trae la noche oscura, qué es lo que nos enseña, cuál es su fondo, contexto y causas. Estamos acostumbrados a comprar distractores, tranquilizantes y toda suerte juguetes para mirar a otro lado cuando nos cubre la noche oscura.

Salir para avanzar

La noche oscura nos invita avanzar y a reconocer que hay un desequilibrio que pretende mostrarnos cosas nuevas. La noche oscura nos trae metáforas, ideas, poesía e imágenes; algunas de esas representaciones no siempre son virtuosas obras de arte, sino demonios enmascarados y seres de ultratumba que habitan en nuestra sombra ¿Qué nos enseñan todas esas figuras? ¿Qué comprendemos de nosotros mismos?

No hay una receta declarada para salir de la noche oscura y forjarnos como héroes. La única posibilidad es encararla, hacerle frente al miedo, presenciarlo, saber que está ahí, para qué existe y de qué nos protege... y simplemente seguir adelante. Reversar o rendirnos es huir de la posibilidad de salir fortalecidos y convertidos en verdaderos héroes.

Hoy, luego de haber construido nuestras capas de heroísmo, si miramos atrás nos damos cuenta de que nos hemos convertido en una versión más completa de nosotros mismos, habiendo superado las pruebas y las noches oscuras del alma que vivimos. La noche oscura no te mató ni te matará, pudiste sobrevivir, la noche oscura finalmente te muestra la vida tal como es, con luces y con sombras.

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