“El camino hacia la curación del cáncer está trazado”, según Carlos Cordón-Cardó en EL MEDICO

Por Fat

Catalán de proyección internacional, Carlos Cordón-Cardó es director asociado del Cancer Center de la Columbia University. El prestigioso oncólogo ha vivido en primera persona la experiencia de ser paciente de lo que él mismo investiga. Hace seis años, el profesor Cordón-Cardó sufrió un cáncer de colon y tras superar su dolencia continuó con la investigación para abrir páginas nuevas de uno de los misterios que más asombra a la humanidad como es, la identificación de la célula común en todos los cánceres. Aunque tiene fijada su residencia en EE.UU. el afamado investigador viaja a menudo al Estado español para intervenir en eventos como el V Encuentro Internacional de Biotecnología celebrado recientemente en Pamplona.

“Si no entendemos el origen del cáncer no seremos capaces de comprender sus capítulos finales. La estrategia más efectiva es la de identificar las células madre en tumores y metástasis, en tanto en cuanto constituyen el origen del cáncer, para después atacarlas”, explica a la revista EL MÉDICO Carlos Cordón. Por ello, considera que “la identificación de estas células madre podría llegar a tener una aplicación clínica importante en relación con el pronóstico de la enfermedad. Así, cuantas menos células madre haya mejor será el pronóstico. El camino hacia la curación del cáncer está trazado”, sentenció en su conferencia plenaria en BioSpain, el encuentro sobre Biotecnología más importante del Sur de Europa, celebrado en Pamplona, co-organizado por ASEBIO (Asociación Española de Bioempresas) y el Gobierno foral de Navarra. Carlos Cordón es uno de los oncólogos de mayor prestigio mundial que, después de trabajar durante 24 años en el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York, desarrolla ahora su labor en la Universidad de Columbia.

El oncólogo centra su trabajo en el comportamiento de las células madre, dado que los tumores se deben a que en un determinado momento las células dejan de diferenciarse y se multiplican sin control, de tal modo que el equilibrio entre los genes que estimulan la proliferación celular y los supresores se pierde. Cordón-Cardó sostiene que la presencia de marcadores genéticos en el interior de las células será lo que en el futuro determine un tumor.”Hemos empezado a leer el libro del cáncer por las páginas centrales, pero hay que empezar a leer los primeros capítulos”, afirma. Así, “la clave está en la célula madre de los tejidos adultos, ya que estas células se dirigen a ayudar cuando hay un problema y es ahí cuando se pueden convertir en el foco de la enfermedad".

¿Se habla de cáncer pero no habría que hablar mejor de cánceres?

Sí. Del cáncer de pulmón, de piel, de mama... Pero esto nos lleva a un origen común. Es cierto que existen tumores distintos con connotaciones diferentes, pero en el fondo, el cáncer puede empezar por un virus, por una exposición solar como en la gente que trabaja en el campo, o en una factoría por un producto químico. La base del cáncer puede no ser tan compleja como se promulga en la actualidad, sino que todo dependa de determinadas mutaciones producidas en células madre de diferentes tejidos, que al ser alteradas adquieren características tumorales. Todas las neoplasias podrían tener un mismo origen, a partir del cual se desarrollarían las múltiples patologías que ahora se engloban dentro del término cáncer. En las células madre parece estar la respuesta.

¿El diagnóstico de esta patología ha dejado de ser una condena?

Sí. Tenemos muchos tumores, pero si los diagnosticamos a tiempo -esto quiere decir en las fases iniciales I y II-, los curamos prácticamente todos. Incluso los más difíciles como el de páncreas. Sin embargo, cuando un tumor está muy metastatizado e infiltrando en distintos órganos, es muy difícil. Lo que estamos es atacando estos tumores en estas fases y dando muchos años de gran calidad de vida. Esto lo hacemos ya con la diabetes, que la hemos cronificado. Se ha logrado mantener a una población enferma como si fuera una población no enferma

.¿En el cáncer de mama?

Se ha conseguido educar a la población; las mujeres son grupos de fuerza influyentes. Son conscientes de que con pruebas fáciles, como un análisis anual o cada dos años, una palpación..., se puede detectar precozmente el tumor y curarlo. Si los varones hiciéramos lo mismo con el cáncer de próstata lo reduciríamos en gran medida. Ya lo empezamos a hacer, pero queda mucho por aprender de las mujeres. Suelo decir que tenemos tiempo de llevar el coche a revisión, pero no para llevarnos a nosotros mismos a revisar.

¿Las patologías oncológicas son el peaje a pagar por vivir tantos años?

En parte sí. Las patologías oncológicas por suerte se dan más en adultos que en gente joven o en niños. ¿Por qué? Porque los procesos de reparación del ADN y de vigilancia inmunológica son mucho mejores que en la gente con más edad. ¿Cuánto cuesta en dinero y en tiempo sacar adelante un nuevo fármaco o una terapia génica nueva? ¿Cómo acortar este “tempo”?La investigación bien hecha necesita un período de gestación para que la idea se vaya consolidando. Para validar una terapia hay que hacerlo con mucha prudencia en distintas fases para ver si hay toxicidad y realmente es mejor de lo que teníamos. En general, desde la idea hasta su ejecución y aceptación en la sociedad estábamos tardando unos 10 años. Últimamente, gracias al modo de manejar los datos y a grupos de clínicos y de pacientes que están dispuestos a participar en investigación médica estamos hablando de siete años y podremos llegar a los cinco o seis años. Es un tiempo prudente.

**Publicado en "El Médico Interactivo"