El cepillado de la boca

Por Farmaciamarket @farmaciamarket
El artículo de hoy, trata sobre uno de los actos cotidianos que realizamos, o más bien deberíamos de realizar sin dejar de hacerlo ni un solo día, y que no le damos la importancia que realmente tiene: el cepillado de la boca. Para expresarnos con propiedad, la forma de decirlo debe de ser como deliberadamente lo he escrito: “el cepillado de la boca”, pues estamos acostumbrados a decir “el cepillado de los dientes”; que  es lo que normalmente hacemos, cuando la realidad es que deberíamos de limpiar con nuestro cepillo TODA LA BOCA, y cuando digo esto, quiero decir: dientes, encías, lengua, espacios que hay entre los dientes, en fin todos los rincones  de nuestra boca, en los que pueden quedar, y quedan de hecho, restos de alimentos. Dicho esto, lo que debemos de saber es la razón por la que tenemos que limpiarnos con el cepillo todos los días después de cada comida. Esta es sencilla, y es porque los restos de  los alimentos que quedan en ella, se descomponen, y esta situación da lugar a productos que atacan al esmalte de los dientes, así como estos restos también favorecen el desarrollo de los microrganismos, que de forma habitual residen en nuestra boca, y la proliferación exagerada de aquellos que son patógenos, por falta de higiene, los hace especialmente dañinos para la boca en general, y para los dientes en particular. Las encías, deben tener un aspecto  de color sonrosado, y de consistencia “dura” a la presión, y por supuesto en ningún momento deben de sangrar; aquellos casos en los que al terminar de cepillarlas sangran, o tienen un color rojizo e inflamado, deben hacernos coger el teléfono y pedir cita con nuestro dentista, para hacer una revisión. Las encías en ningún caso deben de sangrar con un cepillado normal; y si es así, debe de valorarse la situación en la que se encuentran, ya que fácilmente podemos estar en  los inicios de lo que antiguamente se llamaba Piorrea, y hoy se denomina Enfermedad periodontal; ambos términos tienen el mismo significado. Esta situación de enfermedad en sus estadíos iniciales,  se trata de forma muy eficaz y relativamente sencilla, mediante una técnica de limpieza mecánica, con instrumental adecuado, eliminando todos los elementos que irritan las encías, y que provocan la inflamación y el sangrado. Este procedimiento es indoloro, pues se realiza en aquellos casos que lo requieran con anestesia local, logrando que estas vuelvan a recuperar su buena salud, impidiendo el deterioro de los tejidos que son el soporte de los dientes, y su caída prematura. El sarro, cuyo nombre correcto es el de Cálculo dental, se deposita especialmente por detrás de los dientes inferiores, y por la parte exterior de los molares superiores; la razón de que se acumule en esas zonas es porque están las salidas de las glándulas salivares, y estas piezas dentales sufren un mayor deterioro por razón del acúmulo de este irritante elemento, provocando la inflamación de la encía en estos lugares, dando lugar a un daño mayor y más rápido deterioro, tanto de los dientes como de los tejidos blandos de estas zonas. Para hacer un buen control de nuestra salud dental, debemos de realizar una revisión cada 6 meses. Con este intervalo de tiempo no dejaremos evolucionar a ningún proceso en nuestra boca que llegue a situaciones irreversibles, y en nosotros está el realizarla en cuanto detectemos alguna circunstancia que nos llame la atención, sangrado de las encías, molestias al masticar, al tomar algo frio o caliente, dulce, etc. Si esto ocurre, ya sabemos lo que debemos de hacer: pedir cita con nuestro dentista. Dr. Luis Ortiz de Urbina Vicente Médico-Estomatólogo Colegio de Salamanca